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Prost ya remontó trece puntos en dos carreras

Fórmula 1 | GP de China

Prost ya remontó trece puntos en dos carreras

El francés, al volante de un McLaren, logró arrebatar el Mundial de 1986 a los Williams de Nigel Mansell y Nelson Piquet cuando pocos confiaban en sus posibilidades, una situación muy parecida a la de Alonso

La esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte, eso sí, ésta sólo favorece a la mente preparada". El Mundial está complicado para Alonso, pero matemáticamente sus opciones aún están vivas. Los doce puntos de desventaja con Hamilton pueden parecer un muro infranqueable a falta de las citas de China y Brasil, pero la historia de este deporte demuestra que es posible.

En 1986 la situación era desesperada para Alain Prost. A falta de dos carreras, México y Australia, el francés, también con McLaren, era tercero a trece puntos (uno más que la diferencia entre Fernando y Lewis) del Williams de Nigel Mansell y con un punto menos que el compañero del británico, Nelson Piquet. En esa temporada sólo contaban los once mejores resultados de cada piloto y se otorgaban nueve puntos al ganador, seis al segundo y cuatro, tres, dos y uno hasta completar los seis clasificados que puntuaban en cada gran premio. Antes de llegar al circuito azteca, El Profesor ya tenía casi descartados sus cinco peores resultados ya que, además de tres abandonos, tenía dos sextos puestos que tan sólo le otorgaban un punto en cada uno de ellos. Piquet sólo había puntuado en nueve carreras por lo que se veía obligado a utilizar sus dos últimos resultados, mientras el líder lo tenía todo a su favor al tener ya once resultados en los puntos y contar con dos pruebas más para mejorar los dos peores, un cuarto y un quinto puesto.

En México, Prost fue segundo mientras Piquet y Mansell se enzarzaron en una lucha que los retrasó a la cuarta y quinta posición. El trazado de Adelaida iba a coronar al campeón y a Mansell le bastaba con acabar tercero o simplemente que no ganaran ni Piquet ni Prost, mientras sus rivales debían vencer y que Nigel quedará relegado, al menos, a la cuarta posición.

Mansell, que salió desde la pole, fue adelantado rápidamente por Senna, Piquet y Rosberg. Keke tomó el liderato y abrió una ventaja considerable mientras Ayrton abandonaba con problemas en su motor. Más tarde, Prost superó a Mansell y dio caza a Piquet. En la vuelta 23, fruto de la presión del francés, el brasileño hizo un trompo que lo retrasó al cuarto lugar; posición que ocupó Prost tras entrar en boxes. Piquet comenzó a acercarse a Mansell y lo superó. El británico, contrario a su estilo agresivo, hizo una carrera conservadora a sabiendas de que así sería campeón.

Faltando 18 vueltas, Rosberg abandonó por un pinchazo y Mansell dejó pasar a Prost, colocándose tercero, el lugar que necesitaba para ser campeón. En ese momento ocurrió lo inesperado. El Williams del británico sufrió un espectacular reventón de la rueda trasera izquierda a 300 Km/h. Nigel controló el coche y evitó un duro accidente, pero se quedó fuera de carrera. Prost vio su oportunidad y se lanzó a por Piquet que, viendo lo ocurrido a su compañero, no tardó en entrar a cambiar neumáticos. Alain administró la ventaja en las últimas vueltas haciendo caso omiso de un ordenador que le advertía que se iba a quedar sin gasolina. Entró con cuatro segundos sobre Piquet y conquistó un título que a falta de dos carreras la mayoría había dado por imposible. La situación de Alonso es parecida y quizá Hamilton aún deba pensar en cómo cerrar este Mundial. Soportar la presión en los momentos importantes es lo que crea mitos en la F-1 y Lewis aún tiene que ganarse ese apelativo.

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