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Un título bajo sospecha

Fórmula 1 | Dos carreras para una gesta

Un título bajo sospecha

James Hunt tiene el honor de ser el único piloto inglés que ha ganado el Mundial de F-1 al volante de un McLaren. Fue en 1976, el año del grave accidente de Lauda. Sin embargo, su comportamiento aún alberga dudas.

Sólo un británico ha sido campeón con McLaren. James Hunt en 1976. Niki Lauda era líder con 61 puntos tras nueve carreras, 35 más que Hunt. Y habrían sido más ya que el inglés fue descalificado en España por irregularidades en su coche, pero su apelación le devolvió los puntos. Empezaba el serial en los despachos que en 2007 ha sido tan relevante. Fue el primer Mundial que levantó las audiencias televisivas británicas.

Y llegó el 'Infierno Verde' de Nurburgring donde el Ferrari de Lauda se estrelló y sólo la actuación de varios pilotos salvó su vida. 45 días después, con sangre mojando los vendajes de su cabeza, volvió en Monza. En la salida perdió plazas esperando el banderazo habitual. Durante su ausencia se había sustituido por el semáforo. Acabó cuarto.

Final en Japón.

Monte Fuji recibe a Lauda con sólo tres puntos de renta sobre Hunt. En el warm up, entre un torrente de agua, Niki da una vuelta y comenta: "Es inútil seguir así". En la pista reina el caos. Tres espectaculares trompos y un accidente demuestran el peligro. Hunt admite: "Así no correremos". Se anuncia un empeoramiento, Lauda toma la iniciativa y se convoca una reunión de pilotos. Tras el encuentro, Lauda monta su despacho en el asiento trasero de un Rolls Royce de la organización. En el interior habla con sus rivales y se propone la suspensión. Sólo unos pocos discrepan. Mientras fuera la tormenta arrecia, hay un movimiento clave que relata el propio Lauda en 'Mi historia': "El director de carrera dijo que si no se salía pronto todo se vería comprometido, televisión incluida. Brambilla, el más tonto, se movió primero y todos lo siguieron".

Antes de ir al paddock, Lauda busca a su chófer y le pide que esté preparado. En la parrilla, Hunt confiesa: "No tengo intención de correr. No puedo. Daré sólo algunas vueltas". En la tercera vuelta, Lauda se retira. Y aquí comienza la leyenda negra de lo ocurrido ese 24 de octubre. Para la historia ha quedado la frase de Lauda: "Mi vida vale más que un campeonato", en la que parece reconocer su miedo, pero testimonios como el de Ermanno Cuoghi, su jefe de mecánicos, hacen dudar: "Al bajar del coche no tenía el gesto de un hombre aterrorizado. Estaba calmado. Parecía seguir un plan preestablecido. Creo que esperaba que sucediera algo, tenía la situación bajo control".

¿Acuerdo roto?

En la octava vuelta se detuvo Pace y dos más tarde, Fittipaldi. Lauda espera, pero nadie más abandona. La lluvia cesa y cuando se disputa la vuelta 32, Niki abandona el circuito en el que Hunt, tras pinchar, realiza una gran remontada con adelantamientos demasiado sencillos, es tercero y logra los cuatro puntos que necesitaba. Merzario, también presente, lo deja claro: "Tras el semáforo verde hasta el más honesto se comportó como un bandido". La verdad sólo la conocen los protagonistas, pero la duda sobre la traición de un pacto aún planea sobre los 3.776 metros de altura del monte japonés en cuya falda está el circuito.

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