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Alonso padeció un calvario en Montreal

Fórmula 1 | GP de Canadá

Alonso padeció un calvario en Montreal

Alonso padeció un calvario en Montreal

Primera victoria de Hamilton y séptima plaza del asturiano, al que le pasó de todo, desde una colada tras la salida hasta una sanción que le costó el podio

Parece mentira, pero Fernando Alonso se mantiene segundo en el Mundial después de sufrir una carrera tan trufada de problemas como las de su etapa de Minardi. Desde una pasada de frenada inicial a los pocos metros de la salida hasta la sanción de parada de diez segundos en boxes por entrar a repostar con el pit lane cerrado. Ha sido la primera víctima de la nueva regla del 'Safety Car'. Llegó a ser decimoquinto, fuera de los puntos y con un cero en su casillero, y terminó séptimo. Dos puntos que le mantienen en la lucha por el título, a ocho de su compañero Lewis Hamilton, que sumó la primera victoria de su carrera deportiva, y es el cuarto piloto más joven en lograrlo. Massa, excluido por salir de boxes con el semáforo en rojo, y Raikkonen, quinto en meta, también sucumbieron a una carrera caótica.

Al margen del resultado final, hay que congratularse de la dureza del habitáculo de los actuales Fórmula 1. Robert Kubica heló el corazón de todos en la vuelta 27. Después de una de las cuatro entradas del coche de seguridad, el polaco llegó a 280 km/h a la altura de Jarno Trulli, se tocó con él y terminó chocando frontalmente con el muro. Su coche despegó y durante unos instantes se llegó a temer por su vida. Por suerte, pronto estuvo consciente y todo se quedó en un susto.

La otra imagen del día corresponde, por supuesto, al vencedor Hamilton, que realizó una carrera impecable desde la pole. Entre otras cosas, porque se quedó desde los primeros metros sin el único hombre que podía ponerle en apuros. Fernando salió ligeramente mejor que el inglés y su posterior colada hay que repartirla entre un fallo humano y la imposibilidad de frenar en un trozo de pista limpio. Heidfeld, pegado al inglés, no le dejaba sitio y tuvo que irse mucho por fuera. Su coche trompeó, se fue por la hierba y tuvo que esperar a que pasara Lewis para que no le sancionaran. Lo malo es que también le pasó el alemán, y se mermaban así muchísimo sus posibilidades de ganar la carrera. Tapado, el británico se marchaba a un ritmo de siete décimas por vuelta.

Enfrentado al equipo.

En el camino, Alonso intentó rebelarse sobre la táctica que le había impuesto su escudería. El asturiano quería ir a la vuelta 23 antes de la calificación, después de su compañero. Y por eso pidió más combustible. Pero Ron Dennis decidió el sábado volver a una vieja tradición de la escudería: los dos saldrían iguales de peso a la calificación y el que lograra la pole pararía más tarde. Por desgracia, el ovetense se coló el sábado en la curva diez y eso le apartó de esa primera plaza de la parrilla.

El dueño de McLaren estaba obsesionado por demostrar la igualdad de oportunidades entre sus pilotos después de la bronca con la prensa inglesa en Mónaco. Así que Fernando, enfadado con la situación, ahorró combustible en la primera parte de la carrera y rompió esa teoría. Iba a detenerse una vuelta más tarde que su gran rival por el Mundial, en la 23, la que quería antes de empezar la carrera. Pero tuvo mala suerte y salió justo cuando le tocaba entrar al coche de seguridad a pista. La nueva norma impide repostar con el semáforo rojo mientras se agrupa la carrera y al bicampeón le sancionaron con un stop and go. La buena noticia del coche de seguridad (era tercero a sólo cuatro segundos de Hamilton) se convirtió en un desastre. Perdió treinta segundos (los diez de la sanción más la entrada y la salida de boxes) y se hundió hasta la decimoquinta plaza. Sin esa sanción, habría terminado seguramente en el podio. En meta sólo le separaron 21,9 segundos de Lewis. De nuevo al ataque, remontó siete puestos en cuatro vueltas y se colocó a espaldas de Raikkonen. Le pasó después del repostaje y volvió a salir el coche de seguridad.

En la reanudación intentó adelantar a Trulli, que abrió la dirección lo justo para mandarle a la parte sucia. Con los neumáticos fríos de tanto parón (un mal que asoló a todos los que atacaron en esas circunstancias) se pegó otra excursión más en la curva dos, pasa Kimi y vuelta a empezar. Entonces, por si le habían pasado pocas cosas, un terrible graining asoló sus neumáticos y le pasó Takuma Sato, que iba con neumáticos duros. En el podio, todo fue alegría desbordada para Hamilton, champán en McLaren y camisetas naranjas para todos menos para Alonso y su entorno. Ahora toca apretar los dientes porque el lobby inglés de la F-1 ya ha elegido campeón, pero Alonso, ya desde Indianápolis, puede darle la vuelta a la tortilla.

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