Hamilton se doctora en el caos

Desde que vi 'Psicosis' no recuerdo tantos sobresaltos juntos: cuatro salidas del coche de seguridad, Massa y Fisichella descalificados, diez abandonos y un susto que nos encogió el corazón con el brutal accidente de Kubica. Parecía más una convulsa carrera de la Nascar americana que una prueba de F-1. En ese monumental caos llegar a la orilla sin naufragar ya era un triunfo, pero de Fernando siempre esperamos el máximo. Salió enrabietado por no lograr la pole pero al lanzar la moneda al aire le salió cruz. En un día para que Hamilton demostrase su capacidad de aguantar la presión lo hizo con creces. Era la prueba del algodón para él y demostró que es un claro candidato al título mundial. Negar la evidencia sería una estupidez.

Alonso tuvo mala suerte, una penalización que arruinó su opción de remontada y algún patinazo inhabitual en él. Si miramos la botella medio llena, Ferrari cojea y sólo tiene un rival con más puntos, si la vemos medio vacía ese enemigo es Hamilton. El niño prodigio se ha hecho hombre. Su victoria es un festín para la prensa inglesa, una alegría para los dueños del circo y un quebradero de cabeza para Dennis. McLaren puede convertirse en un campo de minas para Alonso pero no es momento de llorar. Si ganó dos títulos a 'Schumi' puede hacerlo con Lewis. Quedan once carreras y un sinfín de razones para confiar en él.