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Fórmula 1 | GP de Canadá

Sólo fue un mal día

¿Quién dijo que la Fórmula 1 es aburrida? Sólo hay que esperar carreras como la de ayer en Montreal para disfrutar de uno de los mayores espectáculos del mundo. El resultado no acompañó esta vez a Alonso, pero todos disfrutamos de lo lindo durante 70 vueltas.

Actualizado a
El Gran Premio de Canadá estuvo repleto de emociones

¡Menudo fin de semana! El fin de semana era como para atrincherarse en casa delante de la tele y la verdad es que las expectativas no se han visto defraudadas. Toda la emoción de la Liga, un carrerón de MotoGP en Montmeló, el triunfo de Rafa Nadal... y la prueba de Fórmula 1 más intensa, emocionante y divertida de los últimos tiempos. El resultado de Canadá, desde luego, no fue el que hubiéramos deseado, pero ello no es óbice para que pudiéramos disfrutar del espectáculo en estado puro de un gran premio que parecía de los 'Autos Locos'. Alonso no pudo llevarse un triunfo que parecía llevar grabado su nombre, lo que no quiere decir que faltaran argumentos para saber que había merecido la pena seguir un par de horas más pendientes de la pantalla.

Un desenlace feliz. La primera gran noticia es que Robert Kubica volvió a nacer. Se nos encogió el corazón con el brutal impacto de su BMW contra el muro e, incluso más aún, viéndole inerte en el interior de un habitáculo destrozado. Ayer volvimos a acordarnos de Ayrton Senna, de lo mucho que su triste muerte aportó a la seguridad de la F-1. Antes de aquel trágico accidente, ningún piloto hubiera soportado un golpe de la magnitud del que sufrió ayer el polaco, pero ahora los monoplazas son mucho más resistentes, absorbentes en definitiva, y ésa es la razón por la que ahora no estamos hablando de un domingo funesto.

No era su día. Reconozco que me llevé un chasco con la clasificación de Alonso, porque tenía el convencimiento de que el asturiano iba a ganar en Montreal. Pero está claro que hay días que es mejor quedarse en casa, porque a Fernando ayer le salió todo mal. Y eso que él no se rindió, luchó contra las adversidades, contra la mala suerte, contra los coches de seguridad, contra los neumáticos deteriorados... Pero había demasiado en su contra como para que su talento sobreviviera. Tampoco él mando sus barcos a luchar contra los elementos...

Llegó su gran día. Si la pelota roza el palo muy a menudo, lo lógico es esperar que finalmente acabe en la red. Y Hamilton venía acariciando su primera victoria en un gran premio desde que empezó el año y ayer llegó. No fue en una carrera normal, lo que no quita ni un ápice de mérito a la solvencia que está demostrando el británico. Y el fiasco de los Ferrari también le ayudó.

Todo sigue igual. Lo importante es que la vida sigue y no hay que rasgarse las vestiduras. El mal día de Fernando lo tendrá Lewis antes o después y sus ocho puntos de ventaja en el liderato no son ninguna tragedia. De hecho, este próximo domingo la cosas puede cambiar en Indianápolis, así que tampoco hay demasiado tiempo para regodearse. Y Alonso tendrá muchas ganas de revancha, así que no se lo pierdan, merecerá la pena.