Le cogió por el brazo, sacando fuerzas de donde tampoco Rafa Ciscar las tenía, y se llevó a Juan Sánchez Tapia a dar una vuelta, a cenar algo, a intentar que el piloto que siempre viajaba con Cristóbal Guerrero recuperase una pizca de su ánimo. No quería continuar, para este piloto amateur la carrera ya no tiene sentido después de encontrar a su compañero tendido en el suelo, inconsciente, y seguir después de intentar ayudarle.

Mientras, Cristóbal seguía luchando por su vida, ajeno al sufrimiento de los que le quieren, en un hospital de Copiapó donde le colocaron un drenaje para lograr la mejor dosis de medicación a su cerebro comprimido por el derrame. La situación, a estas horas, ha experimentado una leve mejoría, ha pasado de 24 a 12 de tensión cerebral, se alimenta por vía nasal y pasó una noche estable dentro de su gravedad. Los doctores que le atienden en Chile son expertos en este tipo de lesiones, ya que la zona es especialmente conocida por sus carreteras de curvas interminables y debido a esa causa disponen de material y una unidad de neurocirugía de primer nivel.

Uno de los pilotos que también encontró a Guerrero fue el piloto de coches argentino Orlando Terranova, que después se vio obligado a abandonar por un vuelco. Según el de BMW la zona era tranquila, pero había una curva a cuya salida, en opinión de Tapia también, Guerrero se dio contra una roca y sufrió el accidente. En el vivac de Fiambalá todo el mundo preguntaba por el español que está en coma, pero, según las últimas noticias que llegan desde el hospital, en estos momentos no está en "riesgo vital". Esperemos que las noticias se confirmen y la evolución sea la que todos deseamos.

Su familia, su mujer y sus dos hijos mayores ya vuelan hacia Santiago de Chile para intentar llegar lo antes posible al lugar donde se encuentra el cabeza de familia y esperar allí su mejoría.