Fernando, te necesitamos, queremos ser campeones". Esto es lo que le dijo Ron Dennis de forma templada y mirando a los ojos a Fernando Alonso y su mánager, Luis García-Abad, para convencerles definitivamente de su fichaje por McLaren. Fue una tarde de octubre, la semana después de que Alonso se proclamara campeón. En Inglaterra. Y días después el asturiano le dio una pista a su afición desde el balcón de 'La Escandalera': "Si me voy a otro equipo, seguid siendo la marea azul. No cambiéis". El contrato se firmó la primera semana de noviembre después de cinco meses de contactos.

Las preferencias del flamante campeón del mundo han primado sobre lo que quería su mentor Flavio Briatore, que no se enteró hasta hace dos semanas de la operación y tiene algunos de sus derechos de imagen. Esto plantea dudas para la temporada 2006. ¿Le dará Renault un coche fiable y competitivo? ¿Le tratará en igualdad de condiciones con Fisichella? Es de desear y esperar que sí. Su proyecto F-1 sigue abierto de momento hasta 2008.

El caso es que Ron Dennis ha jugado en 2005 con dos barajas, la del jefe de equipo que defiende a Raikkonen e incluso ataca a Alonso ("Es el típico piloto latino que no tiene la regularidad suficiente para ganar títulos") y el hombre que negocia para contratarle. De hecho, a la vez que hacía esas declaraciones estaba en conversaciones con el asturiano.

Se han lidiado varios obstáculos. El primero, el de los patrocinadores personales. Dennis ha roto una de las normas de McLaren-Mercedes, que impide a los pilotos tener sus propios sponsors al margen del equipo, algo que le da pingües beneficios al ovetense. El segundo, el económico, gracias a la llegada de Vodafone. La empresa de telecomunicaciones dejaba Ferrari por el adiós de Michael Schumacher a las carreras y, como les contamos en este diario, necesitaba una superestrella. Alonso era el hombre ideal y la multinacional no se lo pensó dos veces en ese contrato hasta 2010.

El otro problema fueron los enemigos por el codiciado español. McLaren-Mercedes se encontró con la fuerte oposición de BMW, que le ofreció al asturiano un cheque en blanco y unos ingresos aún mayores de los que va a tener. Y Ferrari, que pronto cayó en desgracia por la incertidumbre de la era post-Schumacher.

En Renault y Telefónica la noticia ha caído como un jarro de agua fría. Y la pelota está también en el tejado para Raikkonen y Montoya, que aún no han renovado con McLaren y siguen en conversaciones. Kimi es la opción preferida por Ron Dennis para formar una pareja de oro como la de Senna y Prost en los 80. Pero ahí también tiene algo que decir Ferrari, que necesita una estrella de futuro y el único que puede quedar libre es el finlandés.