Estas leyendo

La lluvia devolvió a Reutimann lo que le quitó hace 36 años

Nascar | 12º prueba de la Copa Sprint

La lluvia devolvió a Reutimann lo que le quitó hace 36 años

David ganó en Charlotte su primera carrera de la Copa Sprint de la Nascar gracias a las inclemencias meteorológicas, las mismas que había cuando atropellaron a su tío y a su abuelo.

La 12ª cita de la temporada de la Copa Sprint, disputada en el óvalo del Lowe's Motor Speedway de Charlotte (Carolina del Norte), no pasará a la historia por lo sucedido en la pista. Sin embargo, sí que lo hará por otras circunstancias. La carrera duró más de 25 horas desde que se dio la salida hasta que los comisarios la dieron por finalizada, se corrió por vez primera en el 'Memorial Day' norteamericano y David Reutimann se ha convertido en el primer piloto de la Nascar que gana una prueba sin haber liderado ni una sola vuelta con bandera verde en pista.

Y es que la cita de Charlotte tuvo un gran protagonista: la lluvia. Fue la causante de que la carrera se retrasara un día, la que obligó a numerosas banderas amarillas y rojas (hasta 3) y la que finalmente entregó el triunfo a Reutimann. Eso sí, hay que destacar que la otra bandera roja fue sacada por los organizadores para que se rindiera homenaje a los caídos en defensa de los EE UU. El 'Memorial Day' es sagrado para los norteamericanos y nadie puso trabas a que en la vuelta 166, de las 400 previstas, todos se detuviesen y guardasen varios minutos de silencio. Después, sólo se disputaron 61 vueltas más antes de que la lluvia acabara con el espectáculo.

Por eso, la victoria de Reutimann sólo puede considerarse como afortunada. Salía en el puesto 21 y sin opciones de triunfo tal y como se desarrollaba la prueba, pero una decisión arriesgadísima en la vuelta 221 lo cambió todo. Bandera amarilla en pista por gotas de agua y todos los primeros a boxes para cambiar ruedas. Pero David no paró, sin razón aparente ya que en un óvalo mojado y con neumáticos de seco, el riesgo es muy alto. Seis vueltas después, todas bajo las banderas del color del sol que no se vio en todo el fin de semana, la tormenta descargó definitivamente. La carrera se suspendió y dos horas después, Reutimann fue designado vencedor. Su primera victoria. Segundo fue Ryan Newman, que salía desde la pole, y tercero Gordon. Juan Pablo Montoya acabó octavo. Y ese fue el fin de esta carrera histórica por los motivos antes mencionados. Pero sería injusto no añadir uno más. El que afecta directamente al vencedor. David Reutimann se estrenó, 75 carreras después, en lo más alto del podio a sus 39 años con una humilde y sincera declaración: "No es lo más bonito ganar así, pero alguien tiene que ganar. Cuando imaginas ganar tu primera carrera de la Copa Sprint, piensas en otros escenarios, pero de cualquier forma siempre es difícil y ahora debo disfrutar de la victoria". Sin embargo, los recuerdos seguro que golpeaban velozmente su cabeza.

La historia de la familia Reutimann se remonta a su bisabuelo Emil, que llegó desde suiza a Tampa con su familia en 1920. Y cinco años después montó en Zephyrhills (Florida) una tienda de coches Chevrolet. Para aumentar los ingresos, Emil trabajaba como mecánico de un piloto profesional y ese mundo de las carreras despertó la curiosidad de su hijo, Emil Jr., hasta convertirlo en un loco de los vehículos. Competía donde podía y con lo que podía. Y llevó por vez primera el 00 en sus monoplazas. Ese con el que David ganó ayer en Charlotte. "Este coche no es que valga para nada, es que es la doble nada", cuentan que le decía Emil Jr. a su padre. Y así nació la idea. Los años pasaron, pero la afición por la velocidad no disminuía.

Por eso cuando, Dale, nieto del iniciador de la saga empezó a arrasar de pequeño en las carreras, todos se volcaron con él. Hasta que el 4 de septiembre de 1983. Esa lluviosa noche Dale, su padre Emil y un amigo, Gordon Stone llevaban el coche hasta casa por la carretera 301 tras competir en una carrera en Tampa. Un conductor borracho no controló su vehículo y atravesó la mediana impactando directamente contra Dale y sus acompañantes. Los tres murieron al instante. Fueron momentos muy duros acrecentados con el fallecimiento, un mes después, por un aneurisma de la mujer de Emil y madre de Dale que no soportó su pérdida. El testigo de la afición por los coches lo tomaron los dos hermanos de Dale, Buzzie y Wayne. Siguieron compitiendo aunque ellos sabían que la gran estrella de la familia había terminado su carrera antes de poder tomar una cerveza en un bar.

Pero la talentosa irrupción de David, hijo de Buzzie, les devolvió la esperanza de ver a un Reutimann ganar en la Nascar. Ayer, David lo consiguió. Para su familia, para su mujer Lisa y su hija Emily y, por supuesto para honrar la estirpe Reutimann. 'Pico', apodo que tiene desde la escuela debido a su prominente nariz, también agradeció la ayuda de Jesucristo ya que es ferviente miembro de la iglesia baptista de Berea en Mooresville y seguro que la noche pasada lo celebró haciendo una de las cosas que más le gustan: dormir horas y horas.

Etiquetado en:

También te puede interesar