El motociclismo español estará representado esta temporada en el Mundial por 18 pilotos (cuatro en MotoGP, seis en 250cc y ocho en 125cc), de los cuales se podría decir que hay dos por encima de los demás con posibilidades reales de título. Se trata de Álvaro Bautista y Julián Simón, y en caso de que ambos fallaran, hay más cartuchos que gastar gracias a la presencia de Héctor Barberá y Álex Debón, en dos y medio, y de Nico Terol, Joan Olivé, Pol Espargaró, Sergio Gadea y Marc Márquez, en el octavo de litro.

El caso de Simón es de los más llamativos, porque este año ha dado el salto contrario al deseado por todo piloto. El nuevo pupilo de Aspar regresa a la cilindrada más pequeña tras dos temporadas sin demasiado éxito en la intermedia. En ésta ya sabe lo que es ganar, porque lo hizo en Donington Park 2005, pero su mejor aval es la gran pretemporada que ha hecho, marcando el mejor registro en casi todos los test invernales. Al de Villacañas (Toledo) se le ve responsabilizado ante la oportunidad que se le presenta, la misma que agradece a un Aspar por el que iba a fichar en 2005 y que ahora ha sabido perdonar el desplante que le hizo antes, fruto de una mala influencia. Pero eso ya es agua pasada...

En el caso de Bautista, la temporada 2009 le ofrece oportunidad de revancha con Marco Simoncelli, el inesperado campeón del curso pasado. Nadie contaba con el italiano entonces, porque tenía una Gilera LE con la que no había brillado durante la pretemporada pero, según avanzó el año, se ganó una RSA y se llevó un título que parecía reservado al de Talavera. Al español se le acusó de blando en ocasiones, todo lo contrario que al de Gilera, muy agresivo y, a veces, hasta por encima de lo normal, pero con la permisividad de la Dirección de Carrera. Este domingo, en cambio, Simoncelli no será rival, porque llega recién operado del escafoides, aunque sí que lo será durante el resto del año.

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