Si preguntas a dos personas su visión de un mismo hecho es probable que difieran en algún dato, pero lo ocurrido en las versiones de Martin Whitmarsh, director de operaciones de McLaren, y su piloto Lewis Hamilton sobre la última vuelta del GP de Brasil es para analizar.

"Le decíamos a Lewis: 'No corras contra él, deja pasar a Vettel'. Sabíamos que nuestra carrera era con Glock y que debía alcanzarlo en la última vuelta", afirma Whitmarsh. Ante la misma pregunta, atención a la respuesta de Hamilton: "Tras perder mi posición con Vettel no había nada que hacer. Tomé muchos riesgos, pero no eran innecesarios. Sabía que estaba sexto. 'Debo recuperar la plaza', me dije. No tenía tiempo para concentrarme y pensé: 'Oh, Dios, se acabó'. Sólo dos vueltas para recuperar la posición. Faltó muy poco. Quedaban muy pocas curvas y no era suficiente". Lo que ocurrió de verdad sólo lo saben en McLaren.

Quejas.

Al margen de este asunto, ayer el padre de Hamilton, Anthony, reconoció que a pesar del título hay cosas que no les permiten disfrutar del todo. "Todos somos humanos y tenemos sentimientos. Cuando la gente se comporta tomándola con Lewis, duele mucho, ya que a nadie le gusta que traten así a los seres a los que quieres. Somos gente decente. No sé por qué hacen esto, pero sólo espero que Dios los pueda perdonar". Y el progenitor del campeón concluye de forma tajante: "A veces te planteas si de verdad vale la pena seguir en la F-1, incluso a pesar de que ha sido tu sueño desde hace mucho tiempo".