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Hamilton a punto de ser el campeón más joven

Fórmula 1 | GP de China

Hamilton a punto de ser el campeón más joven

Hamilton a punto de ser el campeón más joven

Dominó a placer la carrera desde la pole y logró la vuelta rápida frente a unos Ferrari inoperantes. Sólo necesita un quinto en Brasil para ser campeón. Alonso fue un brillante cuarto tras batallar con Kovalainen

Se esperaba batalla por parte de Ferrari, una salida frenética con neumáticos blandos, presión en la primera curva a Hamilton y un gran ritmo de carrera. No hubo nada de eso. Raikkonen salió peor que Lewis y que Massa, y fue un obstáculo para su compañero en esos primeros metros. Después, el británico se fue de manera brillante y con mejor ritmo que un irregular Kimi (algo impropio de sus características como piloto) y un horroroso Massa, que apenas se distanciaba de Alonso, cuarto, pese a la inferioridad de su Renault. Por último, la que en otros tiempos era máquina de relojería roja escenificó la más bochornosa interpretación de las órdenes de equipo posible, con Kimi frenando a 130 metros de la curva para que Massa le adelantara y el Mundial se mantuviera vivo. Hamilton le aventaja ahora en siete puntos y sólo necesita un quinto puesto en Brasil para coronarse como el campeón más joven de la historia.

Sin tensión a su alrededor y con el mejor coche en pista, Hamilton es un maestro en ganar desde la pole. Un primer puesto en parrilla que, como él mismo dijo, fue una vuelta perfecta. Le endosó a Massa la friolera de medio segundo y el brasileño iba una décima más ligero de peso (se paró en carrera una vuelta antes). Es decir, lo barrió literalmente de la pista (seis décimas a igualdad de peso), y en eso su gran rival de rojo notó el peso de enfrentarse por primera vez en su vida a ser campeón del mundo. Hamilton llega a Interlagos con la misma ventaja que tenía el año pasado sobre Kimi, de siete puntos, y que tiró por la borda con una salida de pista detrás de Alonso y porque apretó el botón inadecuado.

Esta vez el asturiano no es un rival por el título, ahora Lewis se enfrenta directamente a un piloto con menos talento que él y, si en esta ocasión no lo gana, da la sensación de que no lo hará jamás. Para alcanzar la victoria sólo necesita terminar la carrera quinto independientemente de lo que haga el piloto de Sao Paulo. U octavo si el brasileño finaliza segundo, ya que ganaría por su mayor número de terceros. El último escalón del podio no le sirve al piloto de Ferrari en ningún caso. Si se analiza la parrilla y el rendimiento actual de los monoplazas, sólo la estrella española es capaz de superarle si las cosas le van muy bien a su Renault y en McLaren optan por ir a amarrar el resultado.

Lo tiene fácil.

En el peor de los casos, sin mediar error de pilotaje o problema mecánico alguno, el británico terminaría en la pista brasileña cuarto. Sus miedos deben centrarse en un reventón producto de su pilotaje y el comportamiento del coche (esta vez fue Kovalainen el que destrozó su neumático), aunque Bridgestone ya se ocupó de cambiar los compuestos de Brasil a una gama más dura. Y debería temer también por la fiabilidad de su motor, que estará en su segunda carrera en Brasil. Su compañero rompió en Fuji una racha de dos años sin averías. Y debería hablar con su preparador psicológico Kerry Spackman, y concienciarse de que no pasa nada porque le adelante un coche de color naranja.

Alonso volvió a realizar otra carrera perfecta y ya es sexto por delante del peor de los McLaren. En la primera curva le pasó por fuera Kovalainen. El asturiano se revolvió y comenzó a meterle el coche en cada viraje. Hasta que llegaron a la parabólica de entrada a la recta de detrás, se colocó en paralelo con el McLaren, rodaron así durante un kilómetro y terminó por ganarle la partida. Después, le sacó ocho segundos antes de la primera parada e iba camino de mantener la cuarta plaza en la segunda, cuando Heikki sufrió el reventón de su neumático. El finlandés es infeliz en su equipo y podría incluso irse en 2009.

El sprint final de Alonso también fue emocionante. A Kimi le hicieron frenarse para enmascarar las órdenes de equipo. Fernando atacó, por si acaso, y terminó con la quinta vuelta rápida. Se quedó a 1,9 segundos del podio y dejó en el aire la sensación de que Ferrari necesita un cambio urgente en sus pilotos.

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