Una nube de cámaras de televisión y periodistas rodea al ganador de Singapur, a la estrella que aún queda libre del mercado de pilotos, a la auténtica referencia de la F-1 actual. En un soleado Fuji, Fernando Alonso habla de su futuro: "Sí tengo tomada una decisión, más o menos. Pero no lo anunciaré hasta final de temporada, después del GP de Brasil. Quedan tres carreras por delante y prefiero seguir concentrado en trabajar para Renault esta temporada. Tengo un contrato con ellos para 2009, y sólo tengo que decidir si lo extiendo o no. No espero para que especule la Prensa, lo hago porque quiero hacer un buen trabajo. El año que viene tendré un coche competitivo pase lo que pase. Será más importante que nunca trabajar mucho este invierno. Más que la elección del equipo".
Sobre BMW no dice nada. Hay una máxima que consiste en hablar sólo del equipo en el que uno corre. Hubo contactos entre la escudería y el ovetense, pero a éste no le convenció su capacidad de evolución: "BMW ha dado un paso adelante este año y para el año que viene era un equipo a tener en cuenta. Pero no había nada que hablar (se ríe). Nunca fueron una opción para mí, ni yo para ellos. Están felices con sus pilotos. No hablo de escuderías que hayan confirmado a sus pilotos".
La estrella de Renault llegó al circuito con una muñequera con el símbolo del Ying y el Yang ("se parece a la de Singapur y allí me fue bien, así que..."). El año pasado Alonso se estrelló y se sumió en el trazado nipón en la oscuridad del Yang. Según esta filosofía oriental este año debería llegar el momento del Ying en Japón, de la luz y la fortuna. Aunque ya tuvo bastante en Singapur: "El triunfo no cambia nada, lo que pasa es que vienes con mejor sabor de boca después de ganar una carrera, y sobre todo este año, que era inesperado. Ha sido una motivación extra en el equipo".
Y piensa seguir siendo pesimista: "Seguiré diciéndolo porque aquí en Fuji en teoría nunca vamos a poder ganar y el podio es casi imposible. Ferrari y McLaren son inalcanzables para nosotros. No creo que podamos repetirlo. Luego todo puede pasar, es cierto". Lo bueno es que se ve como tercer equipo delante de BMW: "En algunos circuitos sí. En otros no. Viendo carreras en seco como Spa, en la que yo iba cuarto y me alejaba de los Toro Rosso y BMW, esa es la última referencia en seco que tenemos. En Monza en seco estábamos por detrás. Depende del circuito, pero pasamos de luchar a mitad de tabla a principio de año a estar más cerca de los grandes. Aquí la potencia importa menos que en otras pistas y podemos estar a un buen nivel".
Terminamos con una contradicción. Hace algunas carreras se quejaba de los equipos que habían evolucionado, ahora censura la descongelación: "Si eso pasa no sé si viene bien o mal, seguramente a unos equipos les vendrá bien y a otros no tan bien, porque tienen ventaja. No me parece bien, porque si hay congelación de motores para cinco años, luego a los dos años no puedes liberarla. Hay que tener un poco más consistencia en la reglamentación".
Ni cree que pueda servir para que se acerquen a Ferrari o McLaren: "Quizás sí o quizás no, porque igual hay otro equipo que mejora el motor más durante el invierno y Renault se encuentra más lejos que nunca. Nunca se sabe". Estas últimas respuestas son dignas de un piloto a la sombra de Maranello.
