Parecía increíble, pero era cierto. Dani Pedrosa estaba volando durante las primeras vueltas del GP de Alemania de MotoGP. Ya lo había hecho el año pasado, pero lo que extrañaba es que en esta ocasión lo hiciera bajo la lluvia. Sus evoluciones con el asfalto mojado han sido importantes en los últimos tiempos, pero jamás había ganado una carrera en esas condiciones, y ni siquiera se había subido al podio. Parecía que iba a ser en Sachsenring, porque en sólo cinco vueltas rodaba en solitario en cabeza, con la asombrosa ventaja de 7,4 segundos sobre un sorprendido Casey Stoner. El español consiguió semejante distancia en tan poco tiempo gracias a sus cinco vueltas rápidas consecutivas marcadas, pero el sueño se tornó en pesadilla al arrancar la sexta vuelta.
Fue al llegar a final de recta, a 230 kilómetros por hora, el tricampeón perdía la rueda delantera de su Honda al tocar el freno, deslizando por el asfalto y dando volteretas por la grava. El air fence le salvó de una avería mayor, pero fue un duro varapalo, moral, matemático y físico.
Dado que sólo nos quedaba verle ganar en agua, y que aquí parecía más cerca que nunca, algunos empezábamos a imaginar un titular del estilo 'Pedrosa, el piloto total'. La caída fue un mazazo moral para todos y en el muro los miembros de su equipo se desesperaron. Ellos fueron seguramente los primeros en hacer sumas y restas para comprobar que ese resbalón, lejos de afianzar su liderato, iba a facilitar que Valentino Rossi se lo arrebatara de nuevo. Y conocida su aprensión a las lesiones, quizá lo peor sean los golpes sufridos, que dejan en el aire la participación del catalán el próximo domingo en Laguna Seca.
Sin Pedrosa en pista, Stoner tuvo vía libre para conseguir su tercer triunfo consecutivo y el cuarto de la temporada. Lo hizo con un margen en meta a lomos de su Ducati de 3,7 segundos sobre la Yamaha de Rossi. Tampoco esta vez hubo emoción por la victoria en la clase reina, aunque Rossi, que lo primero que hizo al hablar con los periodistas fue interesarse por el estado de Pedrosa, estaba muy contento con su regreso al liderato. Ha cambiado su desventaja con Pedrosa de cuatro puntos por una renta a su favor de 16, sin que le amargara demasiado que Stoner recortara la que hay entre ambos de 25 a 20. Su objetivo es llegar líder a Brno y ahí recibir material nuevo para su M1.
El podio lo completó Vermeulen, que contuvo a De Angelis para firmar un cajón completamente Bridgestone. La marca nipona de neumáticos no había ganado nunca una carrera en esta pista y se desquitó con un triplete. Satisfacción parecida sentía un Stoner que pasó de no subir nunca al podio a ocupar el peldaño más alto. Después reconoció que no entendía cómo Pedrosa era capaz de ir más rápido que él en agua nada más comenzar cuando nunca había sucedido así. Era su manera de dar a entender, irónicamente, que la caída de su rival no le cogió por sorpresa.
El que también se cayó, mientras rodaba sexto, fue Jorge Lorenzo. Falta de grip al abrir gas le hizo tener una caída dulce pero, como todas, inoportuna. El único español que no se fue al suelo fue Elías, que acabó penúltimo y sólo fue protagonista al disputarle una frenada a Valentino cuando éste le doblaba.
