Ha sido un 'Maracanazo'. Justo en casa de Lewis Hamilton, su compañero de equipo, Heikki Kovalainen logró la primera pole de su vida y convirtió el motorhome de McLaren en un funeral. Nadie le felicitó efusivamente, todos estaban tristes con la cuarta plaza en parrilla lograda por un fallón Hamilton, que arruinó su calificación con un grave error en la parte lenta de Silverstone.
Fue una excursión que empeoró con su cabezonería de volver a realizar otro intento con las mismas ruedas. No sirvió porque estaban destrozadas. Y se quedó con muy poco tiempo para el intento final. Tan poco, que castigó los compuestos blandos en la vuelta de lanzamiento y llegó con ellos muy desgastados al último sector. Allí perdió buena parte de las ocho décimas que le separaron del finlandés, que se emocionó con voz entrecortada en la rueda de prensa y después sufrió la soledad de plata, ésa que tantas veces le heló el corazón a Alonso durante 2007. El asturiano se clasificó sexto y sueña con algo grande si llueve.
La estrella inglesa sufre sus primeras críticas. El diario 'The Times' le pide que se centre en competir y se olvide de la farándula. Su agenda de actos es intensa y ha iniciado una preocupante amistad con Denzel Washington, Will Smith o Naomi Campbell. Personas a las que, según él debe hacer caso "porque están en una situación parecida a la mía". También habla de Nelson Mandela: "Renunciaría a una victoria por el hecho de haberle conocido". Se pica al triatlón con Button y después su padre no le deja En fin, cuando se habla más de un piloto por lo que dice que por sus hazañas en la pista es preocupante. Especialmente si se tiene entre manos un coche ganador como demostró ayer Kovalainen. Su novia Catherine, inglesa por más señas, volvió a ver la calificación en el motorhome de Renault harta del forofismo de McLaren. Hoy Hamilton puede ganar, especialmente si llueve, y eso puede servirle para calmar sus ánimos. Pero en la calificación no cumplió con lo que le pidieron por la radio: "Don' t overdrive Lewis, don't overdrive". ("No pilotes en exceso").
Delante del británico terminó Raikkonen. Los Ferrari tienen muchos problemas a una vuelta. Massa sólo pudo finalizar noveno en su primer intento. El segundo lo tuvo que abortar por un problema de los mecánicos con el buje de una rueda. Pero en carrera irá deprisa como su compañero y será una amenaza para Alonso. Eso sí, el brasileño va corto de gasolina. Fernando parará entre la 19 y la 20 en una táctica clásica de Symonds, y es muy posible que el sorprendente segundo piloto en parrilla, un sonriente y brillante Webber, lo haga en la 16. El puesto del Red Bull no es casualidad, ya le endosó dos décimas al ovetense en la Q2. Eso es algo que debe mirar Renault, porque lleva el mismo motor que su R28, así que el propulsor no debe ser tan malo. El actual monoplaza es un ejemplo de tosquedad en el diseño y el R26 de hace dos años tenía unos pontones mucho más cuidados que el actual.
La esperanza de Alonso es la lluvia. Si en seco la sexta plaza es lo máximo a lo que podía aspirar, si se cumple el riesgo de 60% de precipitaciones puede optar al podio. En la última tanda de libres disputada sobre asfalto mojado, el ovetense fue el más veloz con la pista delicada. En cuanto comenzó a secarse, le pasaron Kimi y Hamilton. Pero después, ya con ruedas de seco en un trazado con humedades, fue el más veloz. Su talento pone el resto en un circuito que exige valentía y finura con agua.
