Heikki Kovalainen ya tiene el alta médica. El finlandés abandonó a media tarde de ayer el Hospital General de Cataluña, en Barcelona, después de que unas nuevas pruebas confirmaran que sus lesiones no revestían gravedad.

En un principio parecía que el piloto de McLaren tendría que permanecer un día más hospitalizado en observación, pero la revisión a la que los médicos le sometieron ayer dejó claro que su estado no exigía permanecer ingresado. Heikki salió del centro médico sin realizar declaraciones.

No obstante, en un comunicado del equipo quiso explicar su estado: "Tengo un ligero dolor de cabeza y el cuello un poco rígido, pero al margen de eso estoy bien y con ánimo. Mi intención es recuperarme lo antes posible para poder superar los exámenes médicos de la FIA para poder correr en Estambul". Y habló sobre el accidente: "No recuerdo nada del accidente, ni de lo que pasó después, pero obviamente me gustaría darle las gracias a los servicios de emergencia del circuito, al equipo médico de la FIA y a los doctores que me han atendido en el hospital por su trabajo y su atención".

Por otro lado, el director general de operaciones de su escudería, Martin Whitmarsh, confirmó el origen del accidente: "Sufrió un problema en la llanta, que provocó que el neumático de la rueda delantera izquierda se desinflara de forma instantánea". En McLaren también tienen algunas sospechas del origen de este reventón: "Es posible que alguna piedra se metiera dentro de la llanta".

El segundo de Dennis insistió en la fortuna del piloto: "Ha tenido suerte, porque fue un accidente brutal". Por último, quiso recalcar el comportamiento del coche: "El chasis estaba destrozado, pero cumplió con la misión de absorber todo el impacto".