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Recital de Jorge Lorenzo para olvidarse de Mugello

Motociclismo | GP de Cataluña

Recital de Jorge Lorenzo para olvidarse de Mugello

Recital de Jorge Lorenzo para olvidarse de Mugello

reuters

No hubo triplete español en el circuito de Montmeló pero tampoco faltaron alicientes en las carreras. Lorenzo dio otro paso hacia su segundo título de 250cc y Pedrosa acabó tercero sin llegar a inmiscuirse en el duelo Stoner-Rossi. Sólo en 125cc los resultados no acompañaron.

Hay que estar muy seguro de tus posibilidades para comparecer a una parrilla de salida habiendo pedido previamente a dos amigos que se vistan como tú, que te esperen en un punto estratégico durante la vuelta de honor y que saquen unas guitarras para emular con ellos a tu grupo de música favorito ante 112.600 espectadores. Así fue como Jorge Lorenzo celebró en Montmeló su quinta victoria de la temporada, dando un recital en la pista y otro fuera de ella, micrófono en mano, como homenaje a los Red Hot Chili Peppers y para desquitarse de su caída en Mugello hace una semana.

El mallorquín necesitó esta vez dos dobles a su lado para su actuación, y los que se vistieron como él fueron Dani Palau, su webmaster y el mismo al que ya utilizó en Le Mans, y Ricard Cardús, piloto del CEV y sobrino de Carlos.

La carrera no tuvo historia porque el campeón dominó desde la primera hasta la última vuelta, cruzando la meta con tres segundos de ventaja sobre Alex de Angelis y Andrea Dovizioso. El sanmarinense y el italiano se mantuvieron a su rueda quince vueltas, justo hasta que el primero decidió adelantar al segundo. Hasta ese instante, mal que bien se mantenían a seis décimas del líder pero, cuando De Angelis pasó al ataque, lo hizo con dificultades y el español duplicó su ventaja. De ahí a la meta, con el depósito más vacío y las ruedas perdiendo agarre, todo resultó un paseo.

Repasando su actuación, podría decirse que el momento más crítico fue la salida, cuando Thomas Luthi le había tomado la delantera en la primera curva. 'Por Fuera' no se achicó, hizo honor a su sobrenombre y se marcó un exterior antológico. Fue lo único que en realidad le costó, o eso pareció desde la barrera, porque él luego aseguró que había sido una carrera difícil. Quizá lo decía porque aún tenía en mente el borrón de Italia, aquella caída en la última curva cuando le superó Álvaro Bautista. Fuera por lo que fuese, estaba exultante y al acabar la ceremonia del podio se atrevió a coger el micrófono del speaker para dirigirse al público. "¿Habéis disfrutado con el espectáculo?", preguntó desde lo alto del podio. Y continuó: "Sé que a algunos os gusto y a otros no, pero me da igual. ¡Sois españoles como yo y os quiero! Gracias".

Viendo cómo se desarrolló posteriormente la carrera de MotoGP, entraron ganas de verle ya en la próxima carrera subido a una 800cc. Él sabe lo que es fajarse con Stoner y Pedrosa, y el cuerpo empieza a pedirle hacerlo contra Rossi. Por cierto, el italiano se quedó una vez con las ganas de celebrar una victoria al estilo de Lorenzo ayer. Fue en Mugello 2001, donde había convencido a una docena de amigos para que se disfrazaran y salieran cada uno con un instrumento a recibirle. El italiano no pudo llevarlo a cabo y el español ya lo ha hecho, asegurando después que no recurrirá más a sus dobles.

Para menos alegrías quedaron Bautista y Héctor Barberá. Éste último partía segundo y un problema con el embrague arruinó su carrera desde la primera vuelta. Para Bautista, que arrancaba desde segunda fila, todo se complicó en la salida con otro problema de embrague, patinándole la rueda, y con una posterior salida de pista, pese a la que terminó quinto.

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