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Veinte personas en un trabajo frenético

Fórmula 1 | La avería de Hungría

Veinte personas en un trabajo frenético

Veinte personas en un trabajo frenético

Las paradas en boxes del equipo Renault son una coreografía perfecta que se ensaya cientos de veces. Menos de diez segundos para una labor metódica y exacta que no permite errores

Los equipos de Fórmula 1 intenta conseguir lo mejor para lograr sus objetivos. Pero esto no sólo se aplica a los monoplazas y pilotos. Algo fundamental es la perfección en los repostajes. En Renault, más de veinte personas en otros tantos metros de espacio tienen un trabajo específico que deben cumplir con celeridad y precisión. Un mínimo error y todo el esfuerzo realizado hasta entonces se va a pique.

Las paradas duran, habitualmente, menos de diez segundos, y en ellas la cantidad de cosas que suceden sobrepasa, muchas veces, al ojo humano del espectador. Frenética es la palabra que explica la actividad en esos pocos segundos. La imagen de un monoplaza en boxes se asemeja a una coreografía de baile. La sustitución de cuatro neumáticos emplea doce personas: un mecánico la retira, otro fija la nueva y la labor de aflojar y apretar corresponde a un tercero. Esta operación se realiza por rueda. Al mismo tiempo, Piero Pallavicini y su ayudante Darren Speake introducen la manguera para repostar cerca de 60 kilos por parada: 12,5 litros por segundo salen de ella, con sus 40 kilos de peso.

Tres mecánicos más tienen una función similar entre ellos. Se trata de los operarios de los gatos. El delantero, probablemente la función más arriesgada del pit stop, el trasero para facilitar los cambios de neumáticos, y el lateral. Además hay dos encargados de limpiar las entradas de aire del radiador, uno por la izquierda y otro por la derecha. Finalmente, el encargado del lollipop (chupa chups). Es el responsable de indicar al piloto si debe tener el pie en el freno o informarle de que debe proseguir su marcha. Es el indicativo de que el trabajo de sus compañeros ha finalizado y todo vuelve a quedar en manos del piloto.

El equipo Renault es, sin duda, uno de los mejores. Sus detenciones destacan por su rapidez y pocas veces cometen errores. Jonathan Wheatley, Steve Bates, Andy Poole, Greg Baker, Neil Garner o Barry Mortimer son algunos de ellos. Expertos profesionales que ayudan a Fernando Alonso a vencer carreras. El domingo cometieron un error humano que privó al asturiano de la victoria. Pero los más dolidos son ellos; en su cabeza sólo tienen la próxima carrera de Turquía y ayudar con su coreografía perfecta a lograr el título Mundial.

Tres eventuales con funciones concretas

Además de los veinte mecánicos con una labor muy definida, existen tres más con una función eventual dentro de la escudería Renault. El encargado del extintor está preparado para sofocar cualquier fuego que se produzca en el monoplaza. Junto a él aparece el responsable de reemplazar el morro delantero del R26 o ajustar los alerones si fuera necesario.

Por último, se encuentra un mecánico que realiza una función puntual muy concreta. Es el encargado del 'arrancador', que es una unidad externa de 120 centímetros y 15 kilos, en la que sobresale una larga varita mágica de acero, que se conecta a la parte posterior de la caja de cambios. De esta manera, cuando se acciona el botón del motor de arranque, 24 voltios pasan a través de la caja de cambios para girar el propulsor permitiendo arrancar el coche en caso de que se cale.

Un total de 23 personas para solventar las necesidades de cada piloto. Breves segundos de trabajo que marcarán los resultados de la carrera. Una labor no siempre reconocida de forma justa.

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