Sete no se fía. La decepción que le supuso el escaso apoyo de su marca, Honda, en la pugna contra su enemigo común, el italiano Valentino Rossi y su Yamaha, ha hecho mella otra vez en la confianza de Gibernau. Lo dijo durante el GP de Valencia: Si no tengo lo que me han prometido, a lo mejor es Gresini quien se sube en la moto.
Y fuentes de su equipo lo refrendaron ayer en los entrenamientos del circuito de Cheste: A nosotros nadie nos ha dicho todavía que seamos oficiales. Mientras que Honda no lo haga público, todo eso son especulaciones de los periodistas. No tenemos nada que decir al respecto.
Quizá sea porque durante las dos jornadas de pruebas en el Ricardo Tormo (aunque la de ayer fue breve a causa de la lluvia), las soluciones técnicas aportadas por HRC no han sido como para tirar cohetes. El piloto español ha probado un sistema de escapes que ya había descartado en el GP de la República Checa, un embrague diferente y una evolución del mismo chasis que ya había utilizado durante 2004. Lo único que se quedó sin probar ayer al encontrarse la pista mojada fueron neumáticos. Así que nada de nueva moto, más de lo mismo...
Escepticismo, pues, razonable en su entorno, a pesar de que desde su patrocinador aseguran que han conseguido las garantías necesarias de Honda para disponer de material de primer nivel, cien por cien oficial. Pero es que, precisamente, los intereses de las empresas que sostienen estos programas deportivos pueden influir en las buenas intenciones de los japoneses. La pregunta es clara: ¿permitirá Repsol, que realiza una aportación multimillonaria a HRC, que sea una moto pintada con los colores de otra compañia la que les doblegue en el Mundial de MotoGP?
El fiasco ya ha sido clamoroso en 2004, cuando Rossi se fugó no sólo de Honda sino también de la petrolera española, así que parece arriesgado apostar porque en el gigante japonés propicien que su aspirante a campeón sea otro que Nick Hayden o su nuevo compañero, el italiano Max Biaggi. La escudería de fábrica, al menos hasta hoy, es sólo una.
Sete, eso sí, mantuvo ayer en Cheste una reunión con los responsables de HRC, según su equipo para entender las razones de los altibajos que han impedido luchar por el título con plenas garantías, transmitirles toda la información disponible y, conjuntamente, marcar la línea de trabajo en el futuro. Una bonita declaración de principios que debe concretarse en mucho más.
Gibernau volverá a entrenarse a finales de este mes en los circuitos de Jerez y Valencia. Será una nueva y valiosa referencia sobre los planteamientos de Honda. Aunque la fecha clave se antoja la de la presentación de sus planes deportivos para 2005, el próximo enero, cuando la marca defina con claridad el estatus de cada uno de sus pilotos.
