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El rally paró un día para buscar a sus participantes

Raids | Dákar

El rally paró un día para buscar a sus participantes

El rally paró un día para buscar a sus participantes

afp

La organización decidió anular la especial de ayer y reagrupar la carrera. Treinta y seis horas después de tomar la salida, aún quedaban más de setenta vehículos atrapados entre las dunas y sin poder llegar a la meta

Cada vez se tiene menos noción de la palabra sueño en este Dakar. Porque se duerme muy poco y porque los sueños de muchos participantes se han quedado atrapados entre las dunas. O en la hierba de camello. En el desierto crece una extraña clase de vegetación que al secarse deja unos agujeros enormes y los vehículos tienen que ir muy lentos, en marchas muy reducidas, lo que provoca un mayor consumo de gasolina.

En la etapa del jueves que llegaba a Tichit había cientos de kilómetros con hierba de camello lo que provocó, además de un cansancio extenuante a los pilotos, que muchos de ellos se quedaran sin gasolina. Esta dramática situación provocó que la dirección de la carrera anulase la especial prevista para ayer con la intención de reagrupar la carrera en Tidjikja.

A las nueve de la noche de ayer sólo habían llegado 136 motos, 86 coches y 40 camiones. Abandonaron oficialmente 39 vehículos, y otros 77 seguían avanzando camino a Tichit. Es increíble comprobar como coches que funcionan como la seda, extraordinarios prototipos en los que se ha invertido cientos de miles de euros no pueden con la naturaleza. Y es que además de la falta de gasolina, las dunas y la hierba de camello, las tormentas de arena se apoderaron de la prueba. La naturaleza unida contra los héroes del desierto.

Crisis en el Dakar. Un dato para comprobar la gravedad de la situación. El español José María Serviá, uno de los favoritos, llegaba a las cinco menos cuarto de la tarde. De esa manera, los mejores ya estaban en el inicio de la especial de hoy, mientras la mayor parte de los pilotos aún luchaban por llegar a Tichit en la arena de la etapa del jueves. Y es que las condiciones climatológicas que están afectando estos días al desierto mauritano son especialmente cruentas. Así, la decisión de anular la especial de ayer no sólo está en la penosa situación de muchos participantes, sino también en la reducida visibilidad a causa de las tormentas de arena que impedían volar a muchos de los helicópteros de la organización. Francois Camps, director aéreo del raid, no lo pudo explicar mejor ayer: "Lo de ayer parecía la guerra de Vietnam". Mientras todo esto sucedía, Etienne Lavigne, patrón del Dakar, sufría su particular calvario: "Esta noche fue larga, muy larga. Presencié escenas muy fuertes, como por ejemplo motoristas tan contentos de llegar que rompían a llorar. Otros, en cambio, me insultaron, consideraban que la etapa era demasiado difícil. Ahora lo que más me preocupa son los corredores que están heridos en medio del desierto, como Patrick Martin, que tiene una fractura abierta de la clavícula y al que están buscando en coche con un médico".

El raid afronta hoy su novena etapa con llegada a Atar, una jornada para pilotar y con 20 kilómetros en los que se halla el legendario erg de Chinguetti. Será el último obstáculo antes de llegar a la jornada de descanso, el día más esperado para muchos participantes tras el caos de estas primeras etapas en Mauritania, el país donde no se puede dormir, ni soñar.

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