"Lo hablamos con Stefano Domenicali (director general de Ferrari) pero vimos que no tenía ningún sentido meterse en una prueba de Fórmula Uno sin haber hecho primero los test y sobre todo porque el cuello debe hacer unos esfuerzos que tendría que entrenarme para poder soportar", señaló el corredor.

Asimismo, indicó: "Monza es una carrera particular. Estoy en plena lucha por el título (en el Mundial de Moto GP) y someterme a este estrés mientras me juego un Mundial no es lo mejor".

Finalmente será el italiano Giancarlo Fisichella el que se pondrá al volante del monoplaza de la escudería del "Cavallino rampante", en sustitución del brasileño Felipe Massa, accidentado en el Gran Premio de Hungría, y del piloto de pruebas Luca Badoer, que lo hizo en las dos últimas carreras.

En cuanto a su continuidad con Yamaha, Rossi manifestó que deberá decidir qué hace los próximos días. "Para Yamaha es algo bueno tener dos pilotos entre los mejores pero en los últimos tiempos las escuderías más grandes han tenido sólo un líder", afirmó.

Unas declaraciones que los medios italianos han percibido como una crisis o el final del "matrimonio" entre el piloto de Tavullia y la casa japonesa y han apuntado a un posible acuerdo con Ducati después de que Rossi finalice el contrato con Yamaha.