Son enormes como montañas, están construidas con arena del viento, tienen el océano Pacífico al este y los Andes al oeste. Y no conocen el agua. Las dunas del desierto de Atacama, el más árido del mundo, son increíbles y forman el escenario perfecto para la última gran aventura del mundo del motor: el Dakar. Este año ya hubo una primera aproximación por los alrededores de Copiapó y los pilotos aún recuerdan su dureza. En 2010 serán las auténticas protagonistas de la prueba.

Ayer se presentó el recorrido con salida y llegada en Buenos Aires, las mismas etapas en Argentina que en Chile, con una especial en la capital Santiago, etapa de descanso en Antofagasta y cambio de rumbo: ahora de norte a sur, en 8.600 kilómetros del 2 al 17 de enero.

Además hay otras novedades deportivas, las motos de los mejores, como paso previo a la igualdad en 2011, no podrán pasar de 450cc, habrá distintos recorridos para los distintos vehículos y facilidades para los coches de gasolina. Y los pilotos de motos deberán haber participado en, al menos, una prueba del Mundial de raids o de las Dakar Series.

Etienne Lavigne, director del Dakar, defiende las novedades en la prueba: "En América el Dakar tiene más dunas que en África, con seis etapas en vez de las tres que había en Mauritania y, además, hay una gran variedad de estilos y terrenos. Aún es pronto para volver a África". De momento la aventura espera en América con su espectacular desierto de Atacama.