Apesar de lo que se ha dicho en alguna ocasión, Rossi no se llama Valentino por la proximidad de la fecha de su nacimiento con el día de San Valentín. El Doctor se llama de tal modo porque el nombre le gustaba a su papá, Graziano, y a su mamá, Stefania, la misma que tal día como hoy, pero hace treinta años, trajo al mundo al piloto de motos más grande de la historia. ¡Qué viva Stefania, la madre que le parió!, a la que, por cierto, ya se la puede perdonar que en un principio no quisiera que su niño corriera en motos.
El italiano alcanza hoy la treintena lejos de su Tavullia natal, en alguna zona de mar, rodeado de amigos y con el mismo hambre de títulos con el que llegó el primer día, allá por 1996, cuando debutó en Sepang con un sexto puesto. Aquel delgaducho, con espíritu de Mortadelo por el gusto por los disfraces que trajeron sus posteriores victorias, sólo necesitó una temporada más para conseguir su primera corona, la de 125cc, en 1997. Y a ésa le siguieron otra de 250cc (1999) y seis en la clase reina, la primera cuando aún era 500cc (2001) y las cinco siguientes ya en MotoGP.
Entre la del pasado año y la penúltima, hubo dos reinados de transición, los de Hayden y Stoner, y en 2008 logró una gesta que sólo su compatriota Agostini había conseguido a lo largo de la historia: volver al trono tras dos años de ausencia en él.
Las treinta primaveras son una edad idónea para cualquier piloto. Álex Crivillé, por citar al único español campeón en la clase reina, logró su título del medio litro a los 29, en 1999, y Rossi peleará seguro por llegar a la decena fruto de su renovación por dos temporadas con Yamaha.
El día que arranque la próxima temporada, el 12 de abril en Qatar, el ya treintañero Valentino será el cuarto piloto más veterano de la parrilla, al ser superado en edad sólo por Gibernau (36), Capirossi (36) y Edwards (35), lo que tampoco le preocupa demasiado: "Me gusta como soy. Me veo juvenil y siento que tengo menos años".
Lo dijo en declaraciones a 'La Gazzetta' antes de irse de vacaciones y añadió sobre su llegada a los treinta: "Cuando tenía veinte años y veía a uno de treinta, pensaba: 'Mira ése, es viejísimo'. Ahora, por el contrario, y quizá por lo que hago, por mi trabajo y por mi vida, no me siento muy cambiado. Pero sé que tengo treinta años...". Y en cuanto a un deseo de cumpleaños, uno muy sensato: "Que mis próximos treinta años sean tan divertidos como los que ya he vivido". Todo ello pasa por "formar una familia y tener un hijo", que desearía fuera "piloto de motos".
Antes de eso, y por fortuna para los amantes del espectáculo, en general, y de las motos, en particular, le queda cuerda para rato en MotoGP.
