En 2008 la cara de Fernando Alonso en Cheste fue un poema. Si le preguntabas sobre qué tal iba el coche no hablaba, no contestaba, bajaba la cabeza y prefería guardar silencio. Esta vez sí que explicó sus sensaciones. Caía la noche, la humedad y el frío sobre el circuito de Portimao: "El coche va bien, va bien. ¿Comparado con el R28? Si te digo la verdad, ya no me acuerdo de cómo fue el debut sobre aquel coche".
Suelta una carcajada y se marcha satisfecho después de haber rodado 86 vueltas sin averías, lejos eso sí de las 143 de Nico Rosberg con el Williams, y con el quinto tiempo del día, a segundo y medio del McLaren Mercedes de Lewis Hamilton, pero pegadito a él en las tandas de nueve vueltas, entre una y dos décimas por detrás. Queda mucho por hacer, pero la cara de Alonso al bajarse del R29, el verdadero reflejo de sus sensaciones, es buena. Hay motivos para la esperanza.
Después de seguir a pie de pista sus debuts desde la temporada 2003, ninguno ha sido tan positivo como aquel de 2005. Nada más probar el coche en Cheste sonrió y dijo: "Tengo un coche para ser ganador". No pasó en 2006, aunque era un monoplaza que también le gustó, ni tampoco en 2007, donde vio mucho trabajo por hacer. En el caso de la nueva arma el termómetro de sus sensaciones está más cerca de aquel McLaren que de su último Renault. El motivo para el optimismo lo dan unas tandas de nueve vueltas en las que rodó casi a la par que Hamilton, entre 1:35.2 y 1:35.4 y diferencias de una o dos décimas por vuelta. Tuvo después algunas vueltas entre 1:32.4 y 1:33.2 bastante interesantes.
Es cierto que faltó un golpe de efecto y Fernando terminó quinto la jornada, a segundo y medio de la estrella de McLaren. Pero no puso los slicks nuevos en el momento oportuno, al final de la sesión, y por eso también le terminó pasando Timo Glock, al volante de su Toyota. Este año habrá mucha diferencia de la goma nueva a la usada por la menor carga aerodinámica. Como consuelo, y Sebastian Buemi aparte, porque compite en otra liga con su Toro Rosso de 2008 y una ganancia de dos segundos por vuelta por esa aerodinámica, el asturiano llegó a ser por momentos el más veloz de los coches de 2009 con la pista mojada.
Hamilton tuvo un problema en uno de los sensores del motor por la mañana. Después, por la tarde, y ya con la pista seca, comenzó a volar. Especialmente en vueltas aisladas, no por ritmo. Terminó el día tercero a espaldas de Rosberg y se notó que es el coche más maduro, con una capacidad de tracción a la salida de las curvas muy superior aún a la del R29. El inglés lo cogió con más de cien vueltas a sus espaldas realizadas por el experto Pedro de la Rosa.
El coche de Fernando sólo tenía 31, a cargo de su compañero de equipo Nelsinho Piquet. Fernando no ha tocado aún los reglajes del monoplaza... y se nota. Está como salió de la fábrica. En el capítulo de incidencias, tuvo una pequeña excursión y su coche se quedó parado a la entrada de boxes... sin gasolina. Era la habitual prueba para saber lo que cabe exactamente en el tanque de combustible. Hoy, si no se cumplen las previsiones de lluvia, puede ser el momento de dar otro pequeño salto adelante.
