Con un pie en el avión hacia Brasil, nunca he sentido tanta expectación por un gran premio de Fórmula 1 como en éste de Interlagos. No hay nadie que tenga un mínimo de afición al deporte al que no le preocupe lo que va a pasar en Brasil. Me preguntan en el banco, en el bar de la esquina, los compañeros de trabajo, en el metro, en todas las conversaciones... España entera está volcada a favor de Fernando Alonso. Hasta sus detractores se han rebelado contra el cúmulo de injusticias que ha sufrido el asturiano. Y rezan con todas sus fuerzas para que consiga su tercer título mundial consecutivo frente al campeón predestinado en los despachos. La primera de las preguntas es si ganará el título, pero la otra es: ¿Dónde correrá Alonso en 2008?

A día de hoy existe la posibilidad, incluso, de que optara por quedarse en McLaren, especialmente si no gana el título. Fernando sabe que este año tendría ya la corona casi en su bolsillo de no haber sufrido las decisiones de los comisarios en su contra. El objetivo no es seguir junto a Ron Dennis, pero si el británico no cede en la posibilidad de dejarle marchar, para el ovetense sería un gustazo endosarles una derrota en 2008. La renovación de Massa no quiere decir nada, lo único que confirma es que Raikkonen está ahora en una posición más débil ante la posible llegada de Alonso en 2009. Es cierto que un 2008 vestido de rojo está complicado, pero como el título mundial, no es imposible. Las opciones de Renault y Toyota para el año que viene también siguen abiertas.