Fernando Alonso tiene contrato con McLaren hasta 2009, pero no lo terminará si el ambiente en la escudería sigue tan tenso como hasta ahora. De hecho, ayer mismo la prensa italiana ya lo colocaba en Ferrari para esa campaña. Según publicaban al unísono 'La Gazzetta dello Sport' y 'Il Corriere dello Sport Stadio', Ferrari es la "alternativa más creíble", cuando finalice el contrato del español con las Flechas de Plata, que según ellos es a finales de 2008. Lo cierto es que al español le han llovido las ofertas después de expresar cierto malestar con su equipo. El bicampeón está cotizadísimo y su nombre circula entre las principales escuderías, también en BMW, que ya le ofreció un cheque en blanco en el pasado.
Ron Dennis puede estar, de momento, tranquilo, ya que el ovetense no se marchará sin haber ganado un Mundial con ellos. No va a escuchar a nadie mientras esté centrado en volver a ganar, y espera que la situación con el equipo mejore lo suficiente como para volver a sentirse, como mínimo, con el afecto que tenía de la tropa de Renault. Otra cosa fueron sus discusiones con Flavio Briatore y Pat Symonds, a los que estuvo enfrentado en el pasado.
Pero no está mal que sepan que el pájaro puede volar. Tienen al mejor piloto del momento, que ha convertido un equipo que era perdedor en 2006 en una escudería capaz de ganar carreras. Y podrían perderle por un patriotismo mal entendido. "Ferrari, un camino para Alonso" o "Alonso, tantas ganas de Ferrari". Esos son los titulares de La Gazzetta dello Sport, que recuerda también el pasado cortejo de la escudería italiana al español. Que se remonta incluso a la temporada 2000, cuando Briatore le arrebató la joven estrella española a Todt. Si le fichan, ocuparía, según esos diarios, el puesto de Raikkonen.
Si miramos a BMW, ahora no es un equipo ganador pero no le falta mucho. Su proyección es grande y tiene a uno de sus pilotos, Heidfeld, sin renovar. Si el terremoto se produjera antes, es decir para la próxima temporada (poco probable), el equipo germano sería una opción.
Esta guerra comenzó con el lamento de Lewis Hamilton después de Mónaco, que generó las disculpas de Ron Dennis por pedir a sus pilotos que se frenaran y una investigación de la FIA que no encontró conclusiones sobre si le habían ayudado a Fernando a ganar. Lewis, dijo ayer no estar de acuerdo con Fernando y habló del buen ambiente que hay en la escudería en torno a él, "aunque yo lleve en McLaren desde los trece años".
Después, en el GP de Canadá, el asturiano discutió las decisiones del equipo en materia estratégica. No le gustó que se jugaran la táctica a una vuelta en calificación. Eso les obligaba a poner el coche a punto para una vuelta, olvidándose de la primera parte de la carrera. El coche no se puede tocar en su carga aerodinámica del sábado al domingo. Y va en contra de la mentalidad que ha tenido el ovetense desde que está en Fórmula 1. Pese a que la película de los hechos es ésta, la prensa inglesa le echa la culpa a él de la guerra civil de McLaren. Algo que Fernando se apresuró ayer a negar sin dejar de echar leña al fuego.
