La ciudad de Turín, sede central de la Ferrari y del imperio Fiat, se despertó ayer en tensión. El primer duelo comenzaba a las 12:30 en Bahrain donde se disputó el gran premio de F-1 transmitido en directo por la RAI. El segundo, que comenzó a las 20:30, midió en el estadio Delle Alpi al Milán con la Juventus, el otro imperio junto con la propia Ferrari de la familia Agnelli.Los jugadores y el cuerpo técnico del Milán, concentrados en el hotel Príncipe del Piamonte, y los de la Juventus, en el hotel Concord, pasaron la mañana pegados al televisor. Todos en uno y otro equipo siguieron con interés y emoción la carrera. Tanto en la concentración del Milán como en la de la Juventus se cruzaron apuestas sobre el vencedor del gran premio. La mayoría apostó por un triunfo de la escudería Ferrari con Schumacher en la pole. Pero al final de la carrera todos se rindieron a la maestría de Fernando Alonso, al que ya consideran el sucesor del piloto alemán y al que querrían ver en la escudería Ferrari la próxima temporada, algo que no podrá ser puesto que Alonso ya ha anunciado que, para entonces, correrá con McLaren-Mercedes.-J. Maroto (Turín)Los tifosi que visitaron los hoteles de concentración de ambos equipos se identificaban con la camiseta bien de la Juventus o bien del Milán, pero muchos tenían un toque común: la gorra de la escudería Ferrari cuya tienda oficial en Turín, situada estratégicamente en los soportales vecinos a la gran estación de Porta Nova, abrió ayer desde las 9 de la mañana hasta las 14:05, hora en la que concluyó el gran premio de F-1 con la victoria de Alonso.