Llevaba el pelo rizado al estilo de la época y lucía una sonrisa provocadora cuando enfadó al gran Giacomo Agostini. Fue en Francia, circuito de Paul Ricard, un 30 de marzo de 1975, el día que Johnny Cecotto venció en las dos primeras carreras que disputaba en el Mundial de motociclismo. En 250cc, se impuso al japonés Takai, y en 350cc, al italiano con mejor palmarés de la historia, un hombre que no estaba acostumbrado a que le ganaran, y menos un novato emigrante.

Así, de esa manera tan espectacular, inició Cecotto su camino en las motos con sólo 20 años. Esa temporada lograría el título de 350cc. Después ganaría las 200 Millas de Daytona, una competición muy seguida en aquellos tiempos, y en 1977 sufrió un impresionante accidente que le retiró de la competición hasta el año siguiente. En 1978 lograría su segundo título, el de F750, pero eran los momentos en los que un estadounidense llamado Kenny Roberts comenzaba a dominar los grandes premios. Cecotto, "italiano cuando ganaba y suramericano cuando no lo hacía bien" según dice él mismo, seguiría en las motos hasta 1982, pero ya llevaba varios años con su otra pasión.

Comenzó en los monoplazas, en la F-2 en 1980, tres carreras con escasa suerte. Un año después, ficharía por el equipo Martini, pero cambió de escudería y en 1982 acabó empatado en el primer puesto con su compañero. No fue campeón por el sistema de puntuación. Las sensaciones que dejó esa temporada le valieron para debutar en la Fórmula 1 en 1983. En su segunda carrera, el GP de Estados Unidos, logró un punto, sexto puesto con un Theodore-Cosworth, el peor monoplaza de entonces. Fichó por Toleman en 1984 como compañero de Senna, pero un accidente en los entrenamientos del GP de Inglaterra con graves lesiones en piernas y cadera acabó con sus esperanzas en la F-1. Volvió, con éxito, en los Turismos. Ahora está centrado en la carrera de su hijo.