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Un Renault con siete marchas

Un Renault con siete marchas

Y después del triunfador R25, llega el R26. Sólo un dígito más para un coche continuista pero con novedades significativas. Al margen de las obligadas por la reglamentación, lo más destacable es la utilización, por primera vez en la historia de Renault, de una caja de cambio de siete relaciones, en sustitución de la anterior de seis.

Con esta transmisión de titanio de una marcha más, los ingenieros pretenden facilitar a los pilotos la utilización del inédito motor de ocho cilindros en V y sólo 2,4 litros (3,0 y diez cilindros antes). Por sus características, los propulsores de 2006 serán menos elásticos, con una banda de utilización más reducida, por lo que la disponibilidad de una séptima marcha permite un escalonamiento más preciso y eficaz.

La aerodinámica también se adapta a las nuevas normas, incluyendo las diferentes soluciones de refrigeración que exigen los motores V8, todo ello mucho más compacto. Sin embargo, uno de los objetivos prioritarios de los diseñadores ha sido mantener las virtudes dinámicas que hicieron del R25 un coche campeón, además de competitivo en prácticamente cualquier tipo de trazado. Y, muy importante, sin olvidar la fiabilidad mecánica, otra de las claves del éxito de la escudería durante la pasada campaña.

Más de un año de trabajo

El proceso de diseñar y fabricar un monoplaza es largo y complicado. En el caso del nuevo Renault, las primeras reuniones para definir las bases tanto del chasis R26 como del motor RS26 se celebraron en septiembre de 2004, desarrollándose el proyecto de forma paralela durante más de un año. Paso a paso, se han quemado todas las etapas hasta confluir en el resultado final que se vio, por primera vez en marcha, el pasado 10 de enero en el circuito de Jerez.

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