Nani Roma se toma este Dakar con prudencia. Más incluso que el año pasado, cuando iba en las primeras etapas con pies de plomo. Los aficionados con los que se cruzaba en Barcelona le piden sin cesar que gane, pero él sólo quiere adquirir experiencia. Ya habrá otros años para pensar en ir a por todas.

¿Qué tal le fue la etapa prólogo, en la que acabó 23º?

Bien, bien. Con prudencia. Se trata de coger el feeling al coche en estos primeros días. Antes de salir, no sabía ni siquiera cómo se comportaría mi Mitsubishi sobre arena blanda. Y tuve un pequeño percance, se me caló el coche en un salto. Mi copiloto me dijo que aflojara y, al hacerlo, se vino abajo de vueltas.

En esta especial tuvo su primer enganchón como piloto de coches, con el piloto de un buggy que no le quiso dejar pasar...

Pues sí, cuando intentaba adelantarle, no me dejó pasar y después se puso borde conmigo y me dijo que a ver si me creía que iba a ganar el Dakar aquí. En fin, que ya tengo un amigo en los coches, aunque prefiero tenerle lo más lejos posible.

Diga la verdad, seguro que ahora que tiene más tiempo, ¿no se arrepiente un poco de no haber hecho otro año más en las motos?

Estoy muy feliz con lo que tengo y no me arrepiento nada de haber dado el salto a los coches. Soy un novato privilegiado por tener lo que tengo. Estoy en un grandísimo equipo en el que el peor soy yo.

Pero ahora que está en harina, seguro que le entrarán ganas de optar a algo más que un simple aprendizaje.

Este año es sólo para tener más experiencia, de verdad. En 2006 espero poder ganar ya alguna etapa y, un año después, salir a por la victoria.