Honda no ha comprado el 45 por ciento del equipo BAR sólo para gastar dinero. La marca japonesa está dispuesta a tirar la casa por la ventana para intentar conquistar el título mundial de Fórmula 1 y sus planes de inversión no puede ser más ambiciosos.

Su presupuesto para el desarrollo del motor, su responsabilidad directa en el equipo, es de 142 millones de euros por temporada, pero Honda ya ha adelantado que ampliará esta cantidad con otros 214 millones destinados al desarrollo integral del monoplaza.

Pero aún hay más. El gigante japonés acaba de hacer pública su intención de construir un túnel del viento en la sede de BAR en Brackley (Inglaterra), con una inversión de 38,2 millones de euros. Esta sofisticada y costosísima instalación permite desarrollar con mucha más eficacia y rapidez la aerodinámica de los monoplazas y por eso Honda se ha decidido a disponer de una para uso exclusivo.

El objetivo de tal dispendio está perfectamente definido: conseguir ser campeones del mundo en 2006. Necesitarán para entonces cerrar una nómina de pilotos acorde a sus aspiraciones, quizá por el momento su mayor punto débil. Takuma Sato, el protegido de Honda, tiene todavía mucho camino por recorrer, mientras que habrá que esperar para saber cuál es la motivación de Jenson Button después de toda la polémica con su frustrada fuga a Williams.