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Una tuerca nos robó la gloria

Fórmula 1 | GP de Hungría

Una tuerca nos robó la gloria

Una tuerca nos robó la gloria

Flavio Mazzi

Alonso voló hasta que se rompió su Renault. Segundo puesto para De la Rosa y un punto para Schumacher

¡Qué grande es la F-1! España dominó ayer la mejor carrera de la última década. Toda una montaña rusa de emociones que comenzó con la mejor primera vuelta que un piloto haya dado jamás. Por un momento, recordó a la exhibición de Ayrton Senna en Donington 1993. El brasileño adelantó a tres coches (Mansell, Prost y Schumacher) en una tremenda primera vuelta bajo la lluvia y se puso líder. Esta vez, Fernando Alonso pasó en el mojado Hungaroring a ocho coches por fuera, por dentro y hasta entre medias de un grupo de cuatro. Al final de esos primeros kilómetros se encontró con un pésimo Massa y se tocó con él en la entrada de la recta de meta. Era sexto después de sólo unos minutos (salía 15º y Klien partió desde boxes).

En la tercera vuelta le pegó un adelantamiento de órdago a Michael Schumacher. Por fuera con la pista empapadísima. Tras un duelo cerradísimo y comprobar la enorme velocidad punta de los Ferrari. En la vuelta 17 era líder y seis después dobló al Kaiser. Un recital. En esos momentos soñamos con un doblete de Alonso y De la Rosa. Dos españoles en el podio. Y con que el asturiano sentenciara su segunda corona al darle un golpe severo al Mundial. iY no pudo ser porque al ovetense le traicionó la mecánica! La causa fue una tuerca de la rueda mal apretada durante el último respostaje, aunque Renault habló oficialmente de una avería en el semieje. Su coche le hizo un extraño a la salida de boxes, en la primera curva y ya no pudo trazar el siguiente viraje. Acabó fuera de la pista. El caso es que nos vinimos abajo a diecinueve vueltas del final, porque de sacarle siete puntos al Kaiser, éste recortaba seis o cinco más. Pero Schumi rompió su monoplaza después de tocarse a tres vueltas del final con Heidfeld. ¡Vaya carrera! De la Rosa, que ya había adelantado al heptacampeón, terminaba segundo a espaldas de Button.

Kubica y el peso.

En ese momento pensamos que el título mundial se quedaba más a tiro para Alonso. Concretamente, con la misma ventaja, once puntos, y una carrera menos, nos quedan cinco. Pero horas después la fortuna ayudó a Schumacher. Noveno clasificado, ganó una posición por la posterior descalificación de Kubica por bajo peso (dos kilos menos) y marcó un punto. Está a diez en el Mundial. A Alonso no le sirve con ser segundo en lo que queda de campeonato. Algo que sí tenía con el resultado inicial de la carrera. Button se encontró con la primera victoria de su vida después de 114 grandes premios, pero no hubiera vencido al ovetense ni loco. Iba a una parada más. Le ayudó mucho el coche de seguridad que saltó a la pista después del accidente de Kimi. Raikkonen recibió una lección del humilde probador que han bautizado como Mr. 35 años por nuestros simpáticos compañeros de la prensa inglesa. Pedro le recortó más de diez segundos con un ritmo de carrera excepcional y se encontraba a un segundo cuando Iceman cometió el enésimo error de su carrera deportiva.

Tan preocupado iba de ver por primera vez en los últimos tiempos a un compañero de equipo pegado a su espalda, que no miró hacia delante y se comió literalmente al Toro Rosso de Vitantonio Liuzzi, un piloto doblado. El catalán de McLaren bloqueó por completo los frenos y a punto estuvo de tragárselo. Carrera neutralizada. Mala noticia para Fernando, que paró en boxes y vio como quedaba anulada su ventaja. Llevaba un ritmo tan fuera de categoría que habría podido aventajar en más de cincuenta segundos al segundo.

Esto anuló los problemas de los Honda, que habían realizado una parada extra para poner ruedas mixtas (salieron con las de mucho agua). Jenson se quedó en la pista segundo, por delante de Pedro de la Rosa. McLaren volvió a trabajar mal en boxes, con una parada de más de once segundos, y también en estrategia, ya que le cargaron demasiado combustible y eso hundió sus tiempos por vuelta. La ventaja estratégica no fue tal, ya que en las últimas vueltas debieron adelantar su parada para poner neumáticos de seco.

Entonces, con Jenson detrás en un espejismo de peso, Nano puso ruedas de seco y un amago en la primera curva avisó del drama. Briatore, que ya había vivido el abandono por salida de pista de un descentrado (y lento) Fisichella, cogió su maletín y preparó su marcha a siete vueltas del final acompañado de su novia, Elisabetta Gregoraci.

Fallo de Ferrari.

De la Rosa inició su guerra particular para terminar en el podio. En Ferrari decidieron que Schumacher no pusiera neumáticos de seco para no gastar una parada y terminar en el cajón. La sensación en ese momento era que el Mundial se esfumaba. El Kaiser era segundo y Pedro, con compuestos de seco, lanzó su ataque final. Le recortó distancia a un ritmo de tres segundos por vuelta y llegó muy pronto a sus dominios. El duelo estaba servido. ¡Vamos! Se emparejaba con el heptacampeón en la recta, pero la velocidad punta del 248 F-1 era intratable. Así que optó por intentar pasarle en la chicane. Y lo hizo dos veces. La primera, Michael se la saltó y sacó ventaja de ello. Un drive-trough clarísimo. Otra acción poco deportiva que no fue investigada. A punto estuvieron de tocarse. La segunda fue definitiva. Reyes, su mujer, dio un salto en el box de McLaren y Alonso celebró con fuerza esa maniobra. ¡De la Rosa, segundo! La puntilla al Kaiser se la dio Heidfeld. En su resistencia, Michael se tocó con él y rompió la barra de la suspensión por el lado delantero derecho. También se tocó con Fisichella de una manera absurda y tuvo que parar para cambiar su alerón.

En el podio, a De la Rosa casi se le escapaban las lágrimas. Se lo merece después de sus penurias con piratas como Tom Walkinshaw, y nadie duda ya de que vaya a terminar el año, tal y como le prometieron un lunes de verano. Tras la carrera, Alonso fue a felicitarle. Se abrazó a él y soñamos en verles vestidos de plata y naranja. Fulminando a dobletes a sus rivales. Con su bandera de España en lo más alto y un puñado de ingleses entregados a ellos entre aplausos. Así recibieron ayer a De la Rosa en el motorhome de McLaren. Una imagen que pone la carne de gallina y es la guinda perfecta a una jornada de carreras casi inolvidable.

Fernando quiso felicitar a Pedro

En ese instante, todos los españoles que presenciaron la escena soñaron con la pareja Alonso-De la Rosa en McLaren el próximo año. Fernando, el campeón, el líder, la gran estrella se alegró como pocos del éxito de Pedro de la Rosa y acudió a felicitarle tras su podio. El barcelonés siempre ha estado a la sombra del asturiano y nunca ha tenido la suerte de contar con coches a la altura de su talento. Ayer estaba ante su gran oportunidad y no la desaprovechó. Tanto, que Martin Whitmarsh confirmó que seguirá dos carreras más con el McLaren, al menos Estambul y Monza.

Alonso demostró que es el mejor en una remontada que queda para la historia

Salía decimoquinto y Alonso demostró que es el mejor. En una vuelta adelantó a ocho monoplazas, era increíble ver a este español de Oviedo rodeado de coches de carreras jugándose la vida entre la lluvia. Y salir vivo y con éxito del desafío. Espectacular su adelantamiento a Felipe Massa tocando con su Renault el Ferrari del brasileño. Y mágico el que realizó a Schumacher. En pocas vueltas era primero. La mayor remontada de la historia fue la de Watson en 1983, que ganó saliendo desde la vigesimosegunda posición. Barrichello venció en Alemania 2000 desde la decimoctava plaza. La mayor de Schumacher, en Bélgica 1995. Se llevó la carrera saliendo decimosexto. Alonso, el año pasado en Japón, fue tercero y salía decimosexto en la parrilla.

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