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MOTOR

Los JJ OO de París 1900 sí escucharon rugir los motores

Dentro de la Exposición Universal se celebró la segunda edición de la era moderna. Hubo 14 pruebas de coches y dos de motociclismo

Actualizado a
Louis Renault, al voolante de una Voiturette Renault tipo A, el modelo con el que compitió en París 1900.

El barón Pierre de Coubertin soñaba con unos majestuosos Juegos Olímpicos en su ciudad. Serían los segundos de la era moderna tras Atenas 1896. Sin embargo, el gobierno francés ignoró bastante al pedagogo e historiador galo, fundador del movimiento olímpico, y decidió incluirlos dentro de la Exposición Universal de París 1900, extendiendo su duración a las fechas del citado certamen que se alargaron durante más de cinco meses. En realidad, los Juegos fueron un evento más del programa sin ceremonia de apertura ni de clausura, con mezcla de medallas y objetos de arte para los ganadores, y con disciplinas elegidas sólo como puro entretenimiento.

En esta tesitura, el motor fue protagonista. Hubo 16 pruebas, catorce de coches y dos de motociclismo en las que se mezclaban las carreras con pruebas de regularidad y fiabilidad. La prueba estrella del automovilismo fue una especie de rally que se dividió en tres etapas y que cubría el trayecto París-Toulouse-París con una distancia total de 1.347 kilómetros. Participaron 78 vehículos de los que sólo 18 cruzaron la meta. El ganador fue Alfred Velghe que corrió bajo el seudónimo de Levegh y que, al volante de un Mors, se impuso con un tiempo de 20 horas, 50 minutos y nueve segundos.

Como curiosidad decir que su sobrino, Pierre Boullion, compitiendo bajo el mismo apelativo de su tío, pasó a la historia trágica de los deportes de motor al ser el protagonista de la catástrofe de las 24 Horas de Le Mans de 1955 en la que fallecieron 83 personas, incluyendo el propio piloto, y hubo más de 120 heridos.

Volviendo a París 1900, Velghe fue el vencedor absoluto, pero no el único. En la otra categoría importante, los denominados Voiturette (coches pequeños) el campeón fue Louis Renault, fundador de la mítica firma gala junto a su hermano Marcel. El industrial galo venció, con un vehículo creado y patentado por su marca, invirtiendo un tiempo de 34 horas.

La competición principal de motos consistió en un evento de cuatro días en el que los 13 participantes debían dar 70 vueltas diarias a un circuito en el Lago Daumesnil, cercano a Vincennes. Los ganadores fueron los hermanos Werner, Eugene y Michel, franceses de origen ruso. Periodistas de profesión fueron los primeros en usar el término motocicleta (1897) y vencieron al manillar de una Werner Brothers Motobicyclette.

Desde entonces los deportes de motor desaparecieron de los JJ OO, a excepción de las lanchas a motor en Londres 1908 ya que la Carta Olímpica asegura que “los deportes, disciplinas o eventos en los que el rendimiento dependa esencialmente de propulsión mecánica no son aceptables”. Quizá dentro de no mucho, la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) o la FIM (Federación Internacional de Motociclismo) pidan entrar. Tokio 2020, un país que enloquece con las carreras de coches y motos, habría sido una buena opción, pero habrá que esperar al menos hasta 2024. 

 

La Fórmula E podría ser la alternativa futura

Los JJ OO no aceptan actualmente la propulsión mecánica en sus deportes, pero el interés de patrocinadores, de las federaciones internacionales y del propio COI pueden hacer que se busque una solución próximamente. Entre las opciones podría ser competir con el mismo vehículo para igualar las condiciones y las posibilidades de los pilotos, pero quizá la realidad más cercana sería organizar una disciplina olímpica con automóviles o motocicletas eléctricas, un elemento que tiene el completo apoyo de los principales gobiernos, la industria automovilística y que podría justificar fácilmente su inclusión al defender la sostenibilidad y la defensa del medio ambiente sin contaminar.