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RALLY DAKAR 2016

Marc Coma: “Fiambalá tiene un significado, sufrimiento”

El pentacampeón en motos, y ahora director deportivo, habla de la etapa de hoy y de sus recuerdos en el mítico territorio lleno de dunas de arena fina.

Actualizado a
Marc Coma.
Getty

Parece que no bastaba con Fiambalá, así que la organización del Dakar, en un modo de rizar el rizo, bautizó la etapa de hoy como ‘Súper Fiambalá’. Un territorio mítico en el raid, con esas dunas de arena fina y traicionera que tan bien conoce Marc Coma, ahora director deportivo de la carrera. Lo cuenta en AS.

Nuevo formato. “Cuando llegué en el mes de julio a la organización, el recorrido estaba prácticamente diseñado; lo revisamos todo y a partir de ahí puse sobre la mesa distintas ideas que tenía a nivel deportivo. Una de ellas, junto a Tiziano (Siviero) y a todo el equipo deportivo, fue dar forma al formato de la etapa de Fiambalá de mezclar las categorías en el orden de salida y hacer la carrera más imprevisible, que tácticamente sea más difícil de gestionar. Estamos muy acostumbrados al contexto de ‘hoy te recupero un poco, mañana me recuperas a mí... Creo que en motos, con la innovación de los tres minutos entre piloto y piloto ya lo hemos cortado. Ha pasado muy inadvertido, pero no se juntan, no está pasando. Y en Fiambalá, la idea de mezclar a los vehículos en la salida se justifica porque el territorio te lo permite y a mí me gusta que los copilotos tengan su protagonismo, y también los camiones. Por eso los traemos delante. Creo que va a funcionar bien”.

Dificultad y longitud. “Si las dunas están húmedas, Fiambalá es mucho más fácil de pasar. Lo más largo que hemos hecho en Fiambalá hasta ahora han sido 230 kilómetros, y estamos hablando de que en esta etapa hay 270, una Súper Fiambalá”.

Un valle como una hoya. “La zona de Fiambalá es un valle, un valle muy grande, que es como una olla, y en el centro de esa olla está la arena. Con algo de vegetación, esto hace que las temperaturas sean muy altas, prácticamente no hay aire, estamos en altura, a 3.500 metros. Y, además, la arena es muy fina, una trampa para las mecánicas. Es mucho más fácil que te hundas. Todos esos condicionantes te llevan a la complicación máxima”.

Primer recuerdo. “2009 fue el primer año en que se corrió en Fiambalá. Lo recuerdo porque se paraban las motos, la altura para todos era relativamente nueva y la moto se paraba por la combinación de altura, calor, el poco octanaje de la gasolina, la arena fina… Todo eso creó muchos problemas. Pero a mí me fue bien. Recuerdo un año en que todos se perdieron menos yo; estábamos en el grupo de delante con Despres, Rodrigues y ‘Chaleco’ López, ellos siguieron por un río que era pequeñito, de una salida, y yo me fui por otro lado. Es una etapa siempre dura”.

La versión más dura. “Algún año, Castera lo había diseñado de una manera más light. Fiambalá te da para todo, puedes hacer una etapa imposible o puedes hacer una evitando lo más difícil. Te da mucho para jugar, sólo haciendo pasar la carrera cien metros a la izquierda o derecha da un resultado distinto”.

¿Entraña peligro mezclar vehículos? “Hay que tener en cuenta que hay un repostaje, paramos toda la carrera quince minutos; es decir, que el vehículo que sale por delante de ti es que ha ido más rápido el día anterior. Es en desierto abierto, creo que todo tiene que evolucionar y hay que estar abierto a nuevas modalidades de competición. Creo que será muy interesante, probablemente se empezará a definir la carrera. Quien haga una buena gestión de etapa, tendrá mucho hecho en esta edición”.

Sinónimo de... “Fiambalá significa sufrimiento y es un lugar mítico del Dakar en Sudamérica. Fiambalá y Copiapó, son los dos lugares más emblemáticos de la carrera aquí”. —H. Martínez