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Fórmula 1 | El coche del equipo campeón

Newey vuelve a dar la sorpresa con el RB8

Aunque en muchos aspectos el nuevo monoplaza es continuista con el que llevó a Vettel hasta el título, presenta una revolucionaria toma aerodinámica en su frontal, justo en el escalón descendente del morro

Actualizado a
<b>BOCETOS. </b>Tras su presentación en Internet (con los servidores colapsados), Red Bull no facilitó imágenes reales del nuevo coche, sólo los dibujos del RB8.

Intentó hacerlo, hay quien piensa que es la mejor solución para dirigir el aire a la parte trasera del coche, pero a Adrian Newey no le salía un corte tan profundo, un pico de pato, un cañón en el morro de su nuevo coche. Para evitarlo, el ingeniero más decisivo de los últimos tiempos se ha inventado un cisne para Red Bull, un pico con un pequeño desnivel, suave, ligero, aunque evidente, una cascada con agua cayendo desde la parte de arriba del morro hasta la inferior, dos alturas con una espada amarilla en el frontal.

Newey, con su folio en blanco, se inventó una toma de aire como unión entre ambas partes de ese pico que puede revolucionar este año la F-1. ¿Un 'F-Duct' encubierto? Es su apuesta. Distinta de la de Ferrari, que también tiene una toma de aire supletoria encima de la cabeza del piloto y estudian plantear otra en el frontal, pero en la parte superior, menos perceptible, más sutil. Algo que ya llevaron en Maranello hace unos años. 

En la primera visión surge la comparativa inevitable entre el coche ganador, el Red Bull, y el aspirante de leyenda, Ferrari. Y es como la batalla Barcelona-Real Madrid; el primero, bello en el juego, con pinta de niño guapo, y el segundo repleto de coraje, furia y ganas de cambiar las cosas, gladiador en el Coliseo. "Miramos a 2012 con la intención de renovar los dos títulos de nuestras vitrinas", dice Christian Horner, el jefe de equipo. "Queremos volver a ganar y hemos trabajado mucho para lograrlo", explicaba el viernes Domenicali. A partir de hoy, los veremos en la pista de Jerez. Llegarán las primeras respuestas. O las primeras dudas...

Pero si exceptuamos el inevitable cambio en el morro para acertar con la nueva reglamentación, que exige 55 cms. con respecto al suelo, el resto del coche es, como no podía ser de otra manera, una evolución del extraordinario RB7, el monoplaza con el que Sebastian Vettel dominó el pasado campeonato. Similares pontones, doble fondo inexistente, líneas curvas, alerones que tienen pinta de rozar el suelo. Un coche, en definitiva, muy trabajado, aunque llega de una base ganadora que prácticamente no ha habido que tocar. También cambian los escapes, claro, ya no hay sopladores. Pero el cisne de Red Bull tiene otras virtudes.