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Automovilismo | El expiloto ganó en 'handbike'

Zanardi se impuso en la maratón de Nueva York

El expiloto de F-1, del WTCC y bicampeón de la Champ Car, que perdió las dos piernas en un accidente en 2001, prosigue con su trabajo para los JJOO de Londres y venció su categoría con el récord de la prueba.

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<b>UN FENÓMENO. </b>Zanardi disputó su cuarto maratón, el segundo en Nueva York, y ya ha ganado tres en su categoría. Su siguiente pasó es ganar el oro en Londres 2012.
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Estoy vivo, encontraré un camino para ilusionarme". Alex Zanardi superó su discapacidad nada más salir del coma en el hospital Marzahn de Berlín en 2001. El italiano de 45 años es un increíble ejemplo de superación y ha demostrado que las ganas de vivir, el tesón, el optimismo y el esfuerzo derriban los muros que la mente impone. Su última hazaña ha sido ganar la maratón de Nueva York en su categoría, handbike, con un tiempo de 1h 13:58, a 33 por hora, y batiendo en casi cuatro minutos el récord de la prueba.

Así resume Zanardi su triunfo: "Mi victoria no ha sido un paseo por el parque. La carrera empezó en subida, fijé mi ritmo y fui probando la resistencia de mis rivales. Llegué solo a Central Park y desde ahí controlé la carrera esperando el sprint final. A menos de 700 metros para la meta, en la rampa de ascenso, un golpe hizo que se me saliera la cadena. Afortunadamente el que venía detrás, reaccionó tarde. Cuando esprintó, ya había colocado la cadena y faltando 180 metros me esforcé al máximo para superarle. Soy muy feliz, sobre todo por cómo me animó la gente; me llegó al corazón".

Zanardi, hijo de un fontanero y una modista, nació en Bolonia y su familia pronto tuvo que enfrentarse a un duro revés. Su hermana mayor, Cristina, gran promesa de la natación transalpina, falleció en un accidente de coche con 15 años. Ese suceso hizo que sus padres le compraran un kart en vez de la moto que Alex quería. Tres títulos italianos de kárting y uno de Europa le llevaron a la F-3, a la Fórmula 3000, a correr 44 grandes premios de Fórmula 1, repartidos entre Lotus, Williams, Jordan y Minardi, y a EE UU donde el 15 de septiembre de 2001, en una carrera que iba a ser suspendida por los atentados de las 'Torres Gemelas', sufrió un tremendo accidente. Al salir de boxes de la prueba del certamen estadounidense que se disputaba en el trazado alemán de Lausitzring, hizo un trompo con su Reynard-Honda bajo la lluvia y se quedó cruzado en la pista. Alex Tagliani lo embistió a 330 kilómetros por hora, perdió las piernas y estuvo cuatro días en coma inducido.

"Nunca tuve que recuperarme de mi accidente, al menos mentalmente, porque en cuanto desperté del coma ya estaba mirando hacia adelante. En la vida siempre prestas atención a lo que sucede pero nunca crees que puedes acabar viviendo tus propios problemas. Entendí que cuando algo malo te ocurre no eres el único. Por eso soy una persona optimista que busca desafíos", afirmaba cuando era piloto de Turismos. Dos meses después de salir del hospital ya conducía un BMW adaptado, monta habitualmente en moto, ha ganado cuatro carreras del Mundial de Turismos, ha probado un BMW Sauber de F-1 y ahora quiere la medalla de oro de la maratón de Londres 2012.

La afición a disputar maratones nació en 2007 cuando un directivo de su patrocinador, Barilla, le dijo que estaría loco si intentaba completar alguno. Zanardi, como no podía ser de otra manera, le ha demostrado lo contrario con creces. Disputó la primera en Nueva York en 2007, donde acabó cuarto, y desde entonces ha participado en tres más, todas con victoria: Venecia, Roma y Nueva York.

Han pasado diez años ya de su grave accidente en Alemania, pero Zanardi ha vuelto a triunfar y como siempre desde entonces una piña, símbolo de tozudez y determinación, acompaña su casco o su vehículo. Es el único símbolo que evidencia todo su sufrimiento porque en sus palabras nunca han tenido cabida las lamentaciones.

Al preguntarle por su inspiración, el transalpino no duda en señalar a su mujer, Daniela, su hijo Niccolo, y su amigo Claudio Costa, médico de MotoGP. En su horizonte está conseguir ganar la maratón de los Paralímpicos de Londres y quizá, pronto, volver a disputar el Mundial de Turismos. Nada le detendrá.