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Dakar 2011 | Acabó la edición 2011

Buenos Aires aplaudió a 205 héroes en la meta

Apenas el cincuenta por ciento de los 407 vehículos que tomaron la salida han conseguido acabar la carrera, que se ha revelado muy exigente. Entre los que lo hicieron, Marc Coma como ganador en motos

Actualizado a
<b>EL DESQUITE. </b>Mar Coma pudo regresar ayer a lo más alto del podio después de que el año pasado se quedara fuera de él. Esta vez le escoltaron Despres y Rodrigues.
afp

Y de repente, la tormenta. Y el cielo de Buenos Aires descargó como si no lo hubiera hecho en años. Y los periodistas corrían a la sala de prensa, y los aficionados hacia los colectivos, y las azafatas rumbo a las carpas en las que guarecerse y Y Marc Coma, nuestro triunfador, también tuvo que buscar refugio y alejarse de ese podio en el que la megafonía lo había proclamado sólo unos minutos antes como "campeón 2011 del Rally Dakar". Es su tercer título, también el tercero consecutivo en esta carrera del motor español, que ha abierto el año 2011 como cerró 2010. Gas a tope...

La lluvia interrumpió el show de otros dos triunfadores de este Dakar, Alejandro Patronelli y Nasser Al Attiyah (el tercero sería el ruso Chagin, campeón en camiones). Si medimos el éxito por el número de autógrafos firmados, ellos ganaron por K.O. Pero los truenos les sirvieron de Sentinel y dejaron a los aficionados boli en mano y con la sonrisa ya puesta para la foto que no fue. Luego volvieron, cruzándose en el camino con Carlos Sainz y Lucas Cruz, cuyo tercer puesto cerró el apabullante dominio de Volkswagen en autos. Los tropiezos en la arena ("Subestimé una duna, bueno, no era ni siquiera eso", dijo el madrileño tras la aciaga etapa entre Antofagasta y Copiapó), la suspensión que hizo crack, quedaron en el olvido cuando el madrileño y el catalán subieron al podio.

Hace un año, aquí también, en La Rural, el confeti fue para ellos. Ahora le toca sonreír a ese Al Attiyah que desde ya promete emociones fuertes para el próximo año: "No sé con qué equipo competiré, pero pienso luchar a muerte para revalidar el título". Corre tan rápido que quiere llegar ya a ese 2012 del que no tenemos ni siquiera calendario. Él ha puesto rostro a este Dakar exigente, fiel a lo que prometían Etienne Lavigne, director de la carrera, y David Castera, director deportivo.

El 1 de enero, 407 vehículos partieron de Buenos Aires con 9.500 kilómetros en su roadbook y el reto de volver a pisar Capital Federal sanos y salvos. Ayer, en las calles de Buenos Aires (casi vacías, los bonaerenses se doran al sol en Punta del Este, Uruguay), 205 supervivientes recibieron el aplauso de la afición. Entre ellos Jordi Viladoms, que antes de pulsar el off en los ordenadores de la organización, pasó del 14º puesto al 10º al retirarle los comisarios una sanción impuesta jornadas atrás. El de Igualada, mochilero de Marc Coma el año pasado, recobraba así parte de la sonrisa. También sonreía Pep Vila, sexto en camiones.

Y Sainz, que no la encontraba cuando la carretera y la mecánica le echaron un pulso, la recuperó cuando subió al podio. Como dice Lavigne, jefe de todo esto, "todos son héroes". Por eso la gente les siguió aplaudiendo pese a la ropa mojada. A riesgo de pulmonía.