El hombre que profesionalizó el Mundial de rallys

Con el triunfo de ayer, España ya casi completa la lista de ochomiles del automovilismo. Una historia que arrancó cuando Carlos Sainz ganó en el Rally de Montecarlo de 1991 (que repetiría en 1995 y 1998), prosiguió con las victorias de Fernando Alonso en el GP de Mónaco de 2006 y 2007, la de Marc Gené en las 24 Horas de Le Mans de 2009 y se culmina con el primer triunfo del que fue pionero ayer en el Dakar. Tan sólo nos restan las 500 Millas de Indianápolis para hacer pleno.

Ya desde muy joven, Carlos comenzó a llenar las vitrinas de la casa de sus padres de trofeos. Fue campeón de España de squash con 16 años, pero en cuanto se sacó el carnet de conducir comenzó a correr y a ganar en cuantos campeonatos y competiciones participaba. Trofeo Seat Panda, Renault Iniciación y Copa, Campeonato de Castilla y de España Hasta que, con 24 años, se plantó en el Rally de Portugal para debutar en el Mundial y ganó el primer tramo cronometrado que disputó.

Desde ese momento la historia del Campeonato del Mundo cambió. Porque a pesar de que este madrileño ya no es el hombre con más victorias (26) ni títulos (dos) del certamen, su paso marcó un antes y un después. Sainz profesionalizó los rallys hasta convertirlos en el deporte de élite que son hoy en día. Su fama de hombre trabajador hasta el agotamiento se queda corta y fe de ello pueden dar los cientos de mecánicos e ingenieros que han trabajado junto a él de sol a sol en busca de la perfección.

Y ese perfeccionismo, profesionalidad y tozudez son los que le han llevado hasta el triunfo en el Dakar y también los que han llevado a Volkswagen hasta un triplete que también resulta histórico.

El pionero español del automovilismo ha vuelto a hacer historia conquistando un nuevo hito y muy probablemente, a partir de ahora, se centre en que otro Sainz, 'Carletes', su hijo mayor, prosiga su senda de éxitos, aunque en su caso en los circuitos. ¿Será él quien consiga esa la última cima en Indianápolis?