A Schumacher le ven como un traidor en el seno de la escudería italiana. Pese a que Montezemolo dice que no pasará nada en lo personal ("Michael y yo seguiremos siendo amigos, aunque a veces no podamos estar de acuerdo"), lo cierto es que en Ferrari no perdonan su vuelta con un rival directo. Ya veremos si el tiempo lo cura, pero en Maranello no ven bien su decisión después de tres años en los que ha vivido muy bien como asesor de la escudería. Se cree que, junto a los anuncios para Fiat, ganaba cifras no muy lejanas a las que ingresará en su vuelta en 2010 a las pistas.

Raikkonen siempre tuvo detrás la sombra de Michael, algo que no sucederá con Alonso. Si ya en el nuevo proyecto al alemán le habían bajado de consejero en el muro, su vuelta le coloca como el gran enemigo rojo. Si Fernando responde a las expectativas y la escudería le da un buen coche, tendrá vía libre para convertirse en el nuevo ídolo rojo, el verdadero heredero en los corazones de los tifosi. Y también en el equipo, donde goza de plena libertad y ya ha impresionado por su capacidad de trabajo.