Fisichella domina la parrilla más loca del año

Giancarlo Fisichella se encontró un conejo en su camino. Y el animalillo, que cruzaba el circuito de Spa, le llevó a ver al Mago de Oz. Su ingeniero de Force India le dijo que en Inglaterra si te cruzas a un primo de Bugs Bunny te trae suerte. Y así fue. Su pole, la cuarta de su carrera deportiva, puso patas arribas la F-1. Y en su camino al mundo de la fantasía le acompañan un león muy poco fiero, Nick Heidfeld, tercero en parrilla. Y un piloto de hojalata, Jarno Trulli, rápido como el trueno a una vuelta y endeble como la chapa mal torneada en el conjunto de una carrera. El cuarto en parrilla es la reina de corazones, Rubens Barrichello, que sale más ligero de gasolina, pero puede subir al podio. ¡Y lanzarse a sus 37 años a por su primer título mundial! Sólo Kimi Raikkonen, sexto, pone algo de normalidad a la carrera de Spa.

Jenson Button se refugió en la granja cuando llegó el tornado y no pudo volar hacia este mundo de fantasía que ayer fue la Fórmula 1. Sale 14º. También se quedó en el planeta tierra un sorprendido Fernando Alonso, desesperado con su coche en el sector intermedio, donde perdía casi un segundo con los mejores. Es 13º en parrilla y no sin cierta desazón después de pisar durante dos carreras las baldosas de oro y verse, por unas cosas o por otras, de vuelta al mundo de los mortales. Su compañero Grosjean ni siquiera pudo pasar a la Q2. Ya antes de la calificación Fernando advertía que las cosas no iban del todo bien: "No sabemos de verdad donde estamos. Lo normal sería estar entre los ocho mejores". Él se pensaba, como todo el paddock, que los dos Force India, los dos BMW y los dos Toyota que le precedieron iban de farol en los libres. Así lo decían los tiempos corregidos con los pesos que manejaban las escuderías.

A los afamados rivales (Red Bull, McLaren, Renault, Williams) de los protagonistas del día les resultó extraño que los tres primeros de esta parrilla pertenezcan a equipos que, o bien van a desaparecer y están en venta, como Sauber BMW. O tienen serios problemas financieros y dudas de seguir, Force India y Toyota. El poleman de ayer, salió 16º hace sólo una semana en Valencia. Trulli fue 18º y Heidfeld, undécimo. Pero el italiano es el más creíble después de la vuelta rápida en carrera de Glock en Valencia. En el paddock se hablaba en voz baja de la posibilidad de que hubieran usado unos neumáticos extrablandos ilegales. El enfado era de órdago, pero no podrán probar nada.

Más atrás, Jaime Alguersuari sigue con su progresión y sale 17º y con un registro a apenas 80 milésimas de su compañero Buemi. Ambos se quedaron fuera de la Q2. El catalán sale con una estrategia de mucho peso a una sola parada con el objetivo de terminar lo más arriba posible. Y Alonso partirá desde la séptima fila con Hamilton (que tiene la ventaja del KERS pero sale por lo sucio), Sutil y Rosberg en el punto de mira. El asturiano (que se para en la vuelta 23) anuncia menos gasolina (la pueden cambiar hoy por la mañana) que Lewis y no pasarle puede ser una tortura para su carrera. Sólo con una salida brutal podría arañar algún punto.

Eso sí, la pole de Fisichella nos reconcilió con un piloto que puede cumplir en Monza el sueño de su vida, conducir para Ferrari en lugar de Badoer, de nuevo último. Y fue una fiesta para un país, India, que consiguió su primer éxito en la F-1. Así lo decía un henchido Vijay Mallya, que no ha traído su motorhome habitual por miedo a que se lo clausure la policía por las deudas: "Este resultado es un orgullo para toda la nación india".