Barrichello ganó cinco años después

Y al fin, los yates del impresionante puerto de Valencia tronaron en honor al ganador, el incombustible Rubens Barrichello. Es una bonita costumbre heredada del GP de Mónaco, pero que en las televisiones de todo el mundo quedó enmudecida por el llanto desconsolado de Rubinho. Apenas se le entendía un entrecortado "gracias" en la radio en respuesta a los encendidos elogios de Ross Brawn: "Fantástico, ha sido una carrera fantástica, como en los viejos tiempos".

A sus 37 años y después de la friolera de 282 grandes premios sumó su décima victoria y la cerró con una emocionada dedicatoria: "Esto va por Massa". El mundo sonrió con su merecido triunfo y más después de que hace unos meses le arrebataran el primer puesto de Barcelona para favorecer a su compañero Button. El piloto de Sao Paulo pasó en boxes a Hamilton gracias a su ritmo atronador. Le ayudaron los cinco segundos que el inglés perdió por una rueda que un mecánico llevó tarde en su última parada, pero le habría batido igual. Cuando el brasileño regresó a pista estaba delante por diez segundos.

El error de los mecánicos enojó al padre de Hamilton, Anthony, que, del enfado, abandonó su sitio en el box frente a la cámara de televisión y se refugió en el motorhome de McLaren. Rubinho fue el verdugo de los McLaren, y también Raikkonen, que pasó a un discreto Kovalainen por la tercera plaza.

Más atrás, Fernando Alonso tuvo un comienzo de carrera verdaderamente magistral. En la salida se quedó y perdió una plaza con Webber, pero en la segunda curva frenó más allá de la lógica por fuera y pasó de una tacada al australiano de Red Bull y a Button. Emparejado con él y al límite de tocarse con el muro, la estrella española sobrepasó al líder del Mundial. En una feroz primera vuelta, Jenson intentó devolvérselo en la curva doce, llegó a rebasarle, pero se coló y el R29 volvió a pasar. Esta maniobra (y la rotura de motor de Vettel) fue clave en el sexto puesto de Fernando, que volvió a destrozar las simulaciones informáticas que le daban como octavo con seguridad.

Desde ese momento, el asturiano fue la sombra de Rosberg, pero no pudo hacer más. La única opción de podio en Valencia pasaba por haber hecho una gran calificación. El disco de freno se lo impidió el sábado. De salir quinto como Kimi, habría optado a la tercera plaza que consiguió finalmente el finlandés, en tiempos parecidos. Eso sí, en Valencia el R29 era algo más lento que en Hungría y su vuelta rápida se quedó a medio segundo del mejor tiempo del ganador Barrichello.

Alguersuari tuvo una sensacional primera vuelta en la que se aprovechó de una melé para pasar a cuatro coches. No cometió ningún error, llevó el coche a meta y con mejor vuelta rápida que Buemi. Tras él terminó el desastroso Badoer (que hizo varios trompos, se dejó pasar por Grosjean y fue sancionado), penúltimo sin avería alguna con un Ferrari. Puede no correr ya desde Monza. Es el negativo de lo que representa Rubinho: "Ésta es mi vida, disfruto con ella y pienso seguir en las carreras".