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Rápido y muy amable, se cansó de esperar

Fórmula 1 | Pedro de la Rosa

Rápido y muy amable, se cansó de esperar

En el mes de diciembre de 2007 Martin Whitmarsh, director de operaciones de McLaren, llamó a Pedro Martínez de la Rosa a su despacho y le dijo que preparara el plan de viaje que iba a competir en 2008. El catalán llegó a ver un borrador de su contrato como titular. Y, cuando ya soñaba con su regreso a los grandes premios con McLaren, su escudería firmó a Heikki Kovalainen como compañero de Lewis Hamilton. La edad del ex piloto de Renault y la pasión de Ron Dennis por los finlandeses apartaron al catalán de las carreras. En el equipo se les olvidó como por ensalmo que Pedro se echó a la espalda a toda la escudería en el asunto del espionaje. Y que dio la cara ante una jauría de abogados en el Consejo Mundial.

Sin perder su amabilidad, Pedro siguió trabajando en los test privados para configurar un coche que Lewis y Heikki no sabían reglar. Ahora ya no hay test, el papel de los probadores se ha desdibujado y el rápido catalán se ha cansado de esperar. Quiere correr por encima de todo y ha encontrado en Campos Meta la aventura con la que poder reinventarse. Ya lo hizo hace años cuando cambió una carrera estancada en Europa por un periplo glorioso en Japón. En 1996 y desde una pequeña casa junto a un arrozal en Gotemba, el rápido catalán (segundo en Hungría 2006) lo ganó todo y se postuló como futuro piloto de F-1. Ahora quiere divertirse y liderar un proyecto totalmente español. Mucha suerte, Pedro.

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