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Fórmula 1 | El conflicto continúa en Mónaco

Ferrari une a los equipos y debilitan a Mosley

Mónaco vivió un largo día que empezó en el yate de Briatore, donde los constructores se unieron contra las reglas de 2010, y terminó con el primer paso hacia un acuerdo, tras una reunión con el presidente de la FIA

Carlos Miquel
Actualizado a
<b>UNIDOS. </b>Los equipos hicieron piña en el yate de Flavio Briatore antes de reunirse con Max Mosley en el Automóvil Club de Mónaco.

La Fórmula 1 se paralizó en busca de una fumata blanca. Decenas de patrocinadores, veinte pilotos, trescientos periodistas de todo el mundo, más de 6.000 trabajadores de diez equipos distintos y millones de seguidores en todo el planeta vivieron todo el día pendientes de un posible acuerdo entre la FIA y los constructores en Mónaco que finalmente no llegó. Todo empezó en la cubierta de un yate, el 'Force Blue' de Flavio Briatore, uno de los vértices de este negocio. Cubertería de plata y el mejor mantel para recibir a sus colegas de la Asociación de Constructores. A su lado, Ecclestone, que, por un lado dice que Ferrari es imprescindible y por el otro amenaza con denunciarlos por incumplimiento de contrato si no corren en 2010.

A las dos de la tarde llega el presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo. Saluda a los periodistas y reitera una vez más su amenaza: "El año que viene correremos en Le Mans o en la Fórmula 4". A los cincuenta minutos, Ecclestone se marcha para ver a Mosley, presidente de la FIA. Los equipos lograron una postura común. Brawn ha sido el último que no acepta el límite presupuestario de 44 millones, su escudería ya vale en este momento mucho más. Y, como el resto de grandes, no está dispuesto a que el máximo responsable de la Federación devalúe por completo la F-1.

Del encuentro, la posición de los constructores sale reforzada con una propuesta común. "Hemos hablado de una manera serena y tenemos unidad entre los equipos, con propuestas constructivas que presentarle a Mosley. Lo repetimos de nuevo, si no se cambia el reglamento no nos inscribiremos en el próximo Mundial", dice Montezemolo. Así se fueron los máximos representantes de los equipos a ver a Mosley, en compañía de Ecclestone. Bernie jugó el papel de agente doble y se mostró más cerca de los constructores. Pero Max se aferra a su poder: la FIA posee los derechos sobre el término F-1.

A las cinco comenzó la reunión definitiva, en el Automóvil Club de Mónaco, junto a la recta de meta que ha visto ganar a los más grandes. De la misma, y rodeados de cámaras, salen a las siete y media Mosley y los constructores con al menos un mensaje optimista. Montezemolo fue de nuevo el más prolijo: "Ha sido un encuentro largo y constructivo. La FOTA volverá a reunirse hoy y después nos veremos con Mosley. Lo que queremos es que la F-1 siga siendo la F-1. Sin cambios constantes para confundir al público y seguir trabajando los dos próximos años en reducir los costes". Ross Brawn fue aún más contundente: "Estamos en el buen camino, conseguiremos llegar a un acuerdo".