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Fórmula 1 | La intrahistoria

Domenicali leyó en AS los piropos de Alonso

"Me piace, me piace", afirmaba el director general de Ferrari sobre los elogios de Fernando en el vuelo que le llevó de Madrid a Niza. Podría haberse visto con Botín.

Carlos Miquel
Actualizado a
Domenicali leyó en AS los piropos de Alonso

Nadie le reconocía ayer en la T4 de Barajas. Stefano Domenicali, 1,82 metros de altura, chaqueta oscura, pelo corto y aspecto de genio distraído pasaba como un viajero más del IB8748, el vuelo de Madrid a Niza de las 9:45 de la mañana. En realidad, es uno de los jefes de equipo con más poder de la Fórmula 1, el heredero de Jean Todt, el corsario de hierro.

Con Stefano es fácil charlar de cualquier tema, y tiene las tablas suficientes como para no entrar en asuntos delicados. El primero, su presencia en Madrid. Nada más verle, esa fue la pregunta en una charla informal que le hizo AS: "¿Que curioso verle en este vuelo, Stefano, no nos veíamos desde Madonna di Campiglio?" "Bueno, de tiempo libre". La sonrisa y la extraña respuesta del italiano demuestran que no quería entrar en el fondo del asunto.

Y es que muy probablemente lo que le llevó a Madrid fue una cena con don Emilio Botín, presidente del Banco Santander, para perfilar el patrocinio de la escudería italiana desde 2010. Al margen de su lado técnico, Domenicali es el director general del equipo y tiene poderes de sobra para tratar esos asuntos. Y, que nadie les lleve a engaño, la llegada de Fernando Alonso a Ferrari no está en absoluto vinculada al banco. Puede estar cerrada, tal y como contó este diario, ya desde el verano pasado, antes del desembarco de Botín.

Volvemos a la charla con Domenicali, que nos explicó el problema de la manguera que le costó el cuarto puesto a Massa en la reciente carrera de Barcelona: "Fue un aro del agujero superior del depósito, estaba dañado, y al faltarle presión, impedía repostar toda la carga prevista. Estamos en una época de mala suerte, porque es un fallo mecánico insignificante". Y leyó en las páginas de este diario las declaraciones de ayer de elogio de Alonso hacia Ferrari: "Me piace, me piace (Me gusta). Es un piloto bravísimo". La pregunta es obvia: "¿Irá a su escudería?". Y la respuesta, tan abierta como correcta: "Veremos, veremos".

El ingeniero también dio su opinión sobre lo que está pasando en la F-1: "La situación no es nada agradable, pero vamos a seguir trabajando hasta encontrar una solución". Y nos confirmó que aceptar el tope salarial de la FIA les supondría tener que despedir a media plantilla y eso es algo inadmisible desde el punto de vista humano y también de imagen de la escudería.