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Los grandes ya sufren el doble rasero

Fórmula 1 | La intrahistoria

Los grandes ya sufren el doble rasero

Los ingenieros de los grandes equipos andan muy indignados. En la parrilla siempre hay espías que miran los avances de los rivales. En una competición normal, sin el escándalo de los dobles difusores, este podría haber sido el Mundial de Red Bull. Una escudería que respeta la esencia de la norma (un difusor con unas medidas y sin triquiñuelas para que sea más grande) y que ha encontrado algo, la suspensión pull-rod, que le permite estar un paso por delante. Sin embargo, un simple paseo por el asfalto de Montmeló sirve para ver que el Brawn es manifiestamente ilegal y por eso arrasa sin paliativos. No sólo por su mayor tamaño de difusor, también porque éste tiene unos agujeros superiores prohibidos hace décadas que multiplican la carga aerodinámica sobre el alerón trasero. Es difícil imitarlo.

La FIA lo declaró legal sin mucha base y así le metió un gol a los grandes y rebeldes, que sufren una especie de anticipo de doble reglamento que puede hacer campeón esta temporada a Button.

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