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Alonso desata la locura de 17.500 aficionados

Fórmula 1 | GP de España

Alonso desata la locura de 17.500 aficionados

Alonso desata la locura de 17.500 aficionados

La presencia del asturiano para firmar autógrafos en la línea de boxes de Barcelona provocó un tumulto de cámaras de televisión, fotógrafos y algunos fans que llegaron a invadir el pit lane para tocar a su ídolo

Fernando, Fernando!". Al filo de las cinco, los gritos para que saliera de su box Alonso cada vez eran más fuertes. Y, nada más asomarse, un estruendo de emoción recorrió las gargantas de los aficionados venidos de toda España en busca del milagro. Creen en el asturiano como su dios de las carreras y piensan que, incluso con el hándicap actual del R29, el sueño de regresar al podio de Barcelona es posible. Fernando puede ganar dos décimas por vuelta por el hecho de no llevar KERS. Un sistema cuya colocación desestabiliza al coche en frenada. El suelo y difusor del coche tienen algunas mejoras de detalle, pero no deben ser decisivas en una carrera donde Ferrari presenta su prometido avión rojo y McLaren ganará un par de décimas por vuelta con su difusor definitivo. Habrá que confiar en su inspiración y en el impulso que le darán cien mil personas desde las gradas para que pueda meterse entre los mejores.

Esa pasión desatada afectó también a los fotógrafos y cámaras de televisión que no querían perderse las imágenes de la estrella española junto a sus fans y le rodearon. Algunos de los espectadores, enfurecidos, comenzaron a gritar: "¡Fuera, fuera! ¡Quitad las cámaras, hombre!". A duras penas, el asturiano pudo acercarse a la valla y firmar algunos autógrafos durante unos diez minutos mientras una nube de gente le seguía, entre la que se incluyeron varias decenas de personas que saltaron la valla y se abrieron paso hasta él para poder tocarle. Se mezclaba la pasión ("¡Alonso, Alonso!") con cierta sensación de tumulto.

Rodeado, Fernando pidió a gritos que le dejaran espacio, y terminó por volver a su box protegido por el servicio de seguridad y no sin ciertos empujones. Para ese momento, ese pequeño instante de euforia, acudieron ayer jueves a Montmeló 17.500 espectadores. Es la cifra más baja desde que se instauró la visita a los boxes en 2003. Pero su antecedente más parejo, el de 2004 con 20.000 personas, augura un domingo espectacular. Entonces acudieron al gran premio 108.300, ahora se pueden rondar los cien mil.

Tras el mogollón, Alonso volvió de repente, para darle cinco minutos más a sus fans. Ya sin cámaras, pudo firmar autógrafos y devolverle la pasión a los suyos. Para otro año, sería conveniente separar la visita a los boxes de la firma masiva y que los pilotos estén quince minutos sentados en una caseta como si presentaran un libro. Así lo hacen en Japón y funciona de maravilla.

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