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Vettel se convierte en el maestro de la lluvia

Fórmula 1 | GP de China

Vettel se convierte en el maestro de la lluvia

Vettel se convierte en el maestro de la lluvia

Firmó la segunda victoria de su vida en agua con una carrera perfecta. Webber secundó el doblete de Red Bull, el mejor coche en mojado. Alonso terminó fuera de los puntos tras una pésima estrategia de Renault

De pequeño, Sebastian Vettel solía ponerle neumáticos de seco (slicks) a su kart para las carreras en mojado. No tenía dinero para ruedas de agua. Esa arriesgada costumbre le proporcionó una sensibilidad especial para la lluvia, el factor diferencial de su pilotaje. En las carreras en seco no es tan eficaz, veloz y constante como con el piso deslizante. Así falló en Melbourne por exceso de fogosidad, sin ir más lejos. Pero es el maestro de la lluvia de la F-1 actual. Ya lo demostró en su primera victoria el año pasado en Monza y lo refrendó ayer con otro triunfo logrado con un ritmo diabólico. Por tener, tuvo hasta suerte y escapó sin daños del golpe que le atizó por detrás Buemi mientras estaba con el coche de seguridad en pista. Frenó más de la cuenta sin ver al suizo y a punto estuvo de costarle un disgusto. Webber secundó el doblete de unos Red Bull que se mostraron, además, como los mejores coches de la parrilla en agua gracias a su habilidad para calentar los neumáticos. Exultante, el simpático alemán lanzó al aire un deseo: "¡Queremos más grandes premios con lluvia!".

Fernando Alonso salía entre los autores del doblete. Era segundo en parrilla, pero Pat Symonds tomó una decisión estratégica incomprensible. Mandó al asturiano a boxes en la vuelta siete con el coche de seguridad en pista, sólo una antes de que la carrera se reanudara.

De esta forma, rizaron el rizo del absurdo. Después de hacer un esfuerzo increíble (jet privado de Briatore incluido para llevar el famoso difusor) con el fin de que Alonso saliera lo más arriba posible en parrilla, en el comienzo real del gran premio le colocan vigésimo y último. Tomaron esa decisión porque pensaban que habría coche de seguridad diez vueltas más y porque estaban atenazados por el hecho de ser los primeros en tener que detenerse. Y cambiaron a una estrategia larga después de repostar. Vettel y Webber, sin embargo, se quedaron en pista, pese a que el primero de ellos sólo se detenía dos vueltas después.

Alonso podría haberlo hecho por primera vez en la doce y beneficiarse del hecho de dar cinco vueltas con la pista casi limpia, en la parte alta de la tabla, y no detrás, con todo el spray o cortina de agua de los coches más lentos del pelotón. Por ir tan atrás perdió en ese tiempo 21 segundos con la cabeza y se cercenaron sus posibilidades de subir al podio. Symonds cree que el error estuvo en la gasolina del sábado: "Optamos por una estrategia tan arriesgada porque pensábamos que iba a llover más tarde. Así que la temprana llegada del agua comprometió nuestra carrera y también que el 'safety car' se retirara justo después de nuestra parada".

A remolque, Alonso comenzó entonces una trabajosa remontada que le colocó justo detrás de Kovalainen, que terminó la carrera quinto, después de su segunda parada en boxes. El asturiano le acechaba, lo tenía a apenas a siete décimas, cuando sucumbió al aquaplaning de la última curva del circuito. Se marcó un trompo y tuvo la mala suerte de perder demasiado tiempo con las ruedas patinando en la hierba. En total, trece segundos que le hundieron a la 13ª plaza y le apartaron definitivamente de los puntos.

Volvió al ataque, pasó a Heidfeld y se quedó en la novena plaza final. Justo detrás de Buemi, que hizo una solvente carrera con su Toro Rosso. Delante, los Red Bull y Button mantuvieron una vibrante lucha por el triunfo. Con un distinto planteamiento, conservador y con más peso en el caso del británico. Agresivo y ligero para Vettel y Webber. La batalla nos desveló el único punto flaco del Brawn, un monoplaza que apenas había rodado en agua por su falta de pretemporada y que tuvo serios problemas para calentar sus compuestos. En seco y en carrera ese defecto es virtud. Jenson retomó el liderato tras la segunda parada, pero el joven alemán le pasó como una exhalación. Ya había hecho antes lo mismo su compañero. El líder del Mundial terminó tercero y tiene 21 puntos de los 25 posibles. Salta la alarma, Alonso ya está a 17 del inglés y los Ferrari, aún más lejos, después de un nuevo cero con problemas mecánicos. Y a Hamilton, sexto, le batió Kovalainen. Los grandes siguen en crisis, mientras el mago Newey prepara en la fábrica un temible Red Bull de difusor doble.

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