Si hoy se corriera en Australia, Barrichello y Button harían doblete, seguro". Así se expresa uno de los integrantes de Renault, que conoce los datos de los test y sabe, por los vasos comunicantes que hay entre escuderías, que los Brawn marcaron los tiempazos de Barcelona y Jerez con los lastres puestos. Es decir, con el peso reglamentario de 605 kilos con piloto. De no llevar esos treinta kilos de plomo, habrían sido aún 1,2 segundos más rápidos.

El truco del que se quejan sus rivales es el fondo plano unido al difusor, que termina en un triángulo posterior. No es sólo un problema de superar la altura reglamentaria de 17,5 centímetros, como pasó con Williams y Toyota. Se trata de una interpretación del fondo plano diferente, ya que todo él conduce el aire hacia esa salida posterior del difusor, generando, por tanto, una carga aerodinámica mayor.

Stefano Domenicali, jefe de Ferrari, lidera una cruzada para ilegalizar esa pieza, pero lo tiene difícil porque la FIA dio por legal el coche durante su largo año de creación. De las palabras de Domenicali se desprende que puede haber reclamación en Australia: "Hasta que explotaron los Brawn había equilibrio entre todos. Nosotros aplicamos las normas al pie de la letra, otros hicieron una aproximación diferente. En Melbourne tendremos las respuestas. La FIA debe disipar cualquier duda, de forma rápida y precisa". En caso de ser legal, la escudería italiana quiere saber si tiene que comenzar a copiar el diseño de Brawn.