No está siendo fácil para Isidre Esteve su reencuentro con la carrera más dura del mundo. El que fuera uno de los mejores pilotos del mundo en motos ha debutado este año en las cuatro ruedas y su Ssangyong está dando muchos problemas. Ya en la primera etapa, con salida en Buenos Aires y llegada en Santa Rosa, el ilerdense acabó muy retrasado de los mejores y bastante lejos de su mejor nivel. Al llegar al campamento estaba contento, pero destrozado de tanto polvo.

La segunda etapa fue aún peor, de nuevo regresaron los problemas eléctricos y se quedó tirado poco después del tercer control de paso. Finalmente pudo resolver la avería y llegar al final de la especial con mucho retraso. Descansó unos minutos y otra vez al volante para completar los más de 600 kilómetros de enlace hasta Puerto Madryn. Pilotó durante toda la noche y llegó a las ocho de la mañana. En la clasificación general aparecía penúltimo, a más de ocho horas y media de la cabeza. A pesar de todo, tomó la salida en la tercera etapa y, al cierre de esta edición, seguía aún en la carrera.

Nani Roma, su amigo del equipo Mitsubishi, esperaba su llegada. "Le hemos guardado una cama para que pueda dormir bien si llega pronto, porque Masuoka ha abandonado y nosotros dormimos dos a dos, así que a ver si puede ocuparla. La verdad es que la prueba está siendo mucho más dura de lo que todo el mundo imaginaba, pero seguro que Esteve podrá con todos los problemas porque ya sabemos la fuerza de voluntad que tiene", explicaba el campeón catalán. Esperemos que Isidre pueda llegar a esa cama que le guarda su compañero de aventuras. Fuerza, amigo.