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Troy ya ganó a Valentino en su día más triste

Motociclismo | La intrahistoria

Troy ya ganó a Valentino en su día más triste

Bayliss corrió en Valencia2006 con la Ducati en lugar del lesionado Gibernau y logró la victoria mientras el italiano perdía el título con Hayden...

No hay un día más triste en la carrera deportiva de Valentino Rossi que el del 29 de octubre de 2006, casualmente, una de las jornadas más felices de Troy Bayliss. Aquel día, el italiano se jugaba por vez primera un título en la última carrera de la temporada. Su rival era Nicky Hayden y, contra todo pronóstico, El Doctor falló. Y lo hizo él solito, sin que nadie intercediera para irse al suelo.

El de Yamaha acudía a Cheste con la ventaja que suponía poder dar por bueno un segundo puesto en caso de que el estadounidense lograra la victoria. Era así gracias a que Dani Pedrosa, compañero de Nicky, había tirado al de Kentucky en una maniobra rocambolesca en la carrera anterior, la de Estoril. El fin de semana pintaba muy bien para el entonces heptacampeón, logrando la pole en la calificación del sábado. Con lo que nadie contaba es con que hiciera una mala salida, fruto de los nervios, y se cayera en la quinta vuelta, rodando ya por detrás de Hayden, aunque aún como virtual campeón. Pese a que reemprendió la marcha, Valentino sólo pudo remontar hasta la decimotercera posición y cruzó la meta juntando las manos, pidiendo así perdón a los integrantes de su escudería. Era consciente de que con ese resultado, y el tercer puesto de Hayden, el título era para el de Honda.

Bayliss fue ajeno a toda esa historia y supo aprovecharse de las tensiones que padecieron unos y otros. Con Rossi atenazado por la presión, con Hayden satisfecho con el tercero, con Pedrosa cuarto y sin poder meter rueda a Nicky y con Capirossi respetando un pacto tácito que tenía con Bayliss, el australiano tiró en cabeza toda la carrera sin que nadie le inquietara hasta la victoria. Lo novedoso del caso es que aquella carrera suponía su primer triunfo en MotoGP, justamente cuando ya no era piloto de la clase reina, sino el sustituto en esa prueba del lesionado Gibernau. Fue la mejor forma de celebrar su segundo título de Superbikes.

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