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Oportunidad perdida

Fórmula 1 | GP de Gran Bretaña | La contracrónica

Oportunidad perdida

La lluvia no bastó para que Alonso pudiera igualar las carencias de su coche. Lo intentó, pero no tuvo la suerte de cara. Lo contrario de un Hamilton que estuvo enorme

Lo que pudo haber sido y no fue.El día amaneció lluvioso en Silverstone y esa pista mojada era una invitación para soñar. Desde hace ya tiempo, tengo claro que la única oportunidad de ver a Alonso en las posiciones que tanto añoramos pasa por una carrera atípica, por accidentada, lluviosa o cualquier otra circunstancia anómala. Y ayer se daban las condiciones para que así fuese. Al hilo de que la F-1 volverá a Donington Park a partir de 2010, me vino a la memoria la magistral victoria de Ayrton Senna allí en 1993. Para muchos fue la mejor carrera del brasileño y para otros, la mayor exhibición de la historia de un piloto sobre mojado.

Grande entre los grandes. Aquel desapacible domingo en la campiña inglesa, el gran Ayrton parecía competir contra principiantes. En la parrilla, por delante de él tenía a Alain Prost, Damon Hill y Michael Schumacher, así que la lógica apuntaba a que el brasileño se tomaría su tiempo antes de lanzarse al ataque en una pista que parecía más de patinaje que de automovilismo. No fue así... Senna tiró de su talento excepcional para dejar en auténtica evidencia a sus rivales, de los que dio cuenta, curva tras curva, mientras ellos bastante tenían con mantener sus monoplazas sobre el asfalto. Tenía que ganar y lo hizo, pero más importante que el triunfo fue la sensación de superioridad que dejó al mundo entero. Resultó un capítulo épico de su trayectoria deportiva, de esos que marcan a toda una generación que pudo disfrutar con semejante espectáculo y que sirven para distinguir a un buen piloto de otro sencillamente extraordinario. Todavía recuerdo la cara de incredulidad que se me quedó cuando, mirando la tele, intentaba entender lo que podía hacer aquel genio único.

Esperaba más.Por eso yo esperaba algo más de Alonso en Silverstone. Desde luego que su Renault no cuenta con el potencial del McLaren que Senna utilizaba entonces, pero no es menos cierto que si para algo sirve el agua en una carrera (además de para crear incertidumbres) es para igualar las mecánicas. El asturiano ya demostró de lo que es capaz sobre mojado en su exhibición de Hungría 2006, así que teníamos motivos para ilusionarnos. La fortuna, sin embargo, no estuvo de su parte en esta ocasión y las decisiones de su equipo no encontraron el escenario ideal para que Alonso exprimiera todo su potencial. Insisto en que quizá pudo haber sido de otro modo, pero la triste realidad es que nos hemos vuelto a quedar con las ganas. Su arranque sí que me pareció en la línea de las expectativas, lástima que la evolución no tuviera la continuidad deseada.

Carrerón de Lewis.Después del añito que nos dio durante 2007, Lewis Hamilton no es santo de la devoción de muchos aficionados españoles (ni mío tampoco, lo admito). Lo que no es óbice para reconocer que el británico de McLaren Mercedes protagonizó ayer la carrera soñada por cualquier piloto para el día de su primer triunfo ante la afición de su país. Consistente, casi infalible, agresivo en los momentos claves, rapidísimo (incluso más de lo necesario en algunos instantes), valiente Un diez para un aspirante a campeón al que sólo el pecado de la soberbia le aleja, demasiado a menudo, de la admiración que en realidad merece su inconmensurable categoría cuando se pone al volante. Ojalá con el paso del tiempo y la conquista de la madurez (es joven y puede aprender) corrija esa actitud, porque su talento deportivo sí que es digno de los elogios más explícitos.

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